Un nuevo motín carcelario estalló este jueves en el puerto ecuatoriano de Guayaquil, donde rige el estado de emergencia a raíz de una ola de violencia del narcotráfico que en dos días deja ya ocho muertos, incluidos cinco uniformados.
Los reclusos de la penitenciaría Guayas 1 se enfrentaron a balazos y explosivos, lo que forzó la "intervención" policíal en esa ciudad del oeste del país.
Al menos seis uniformados resultaron heridos, señaló la Policía de Ecuador en su cuenta en la red Twitter.
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Desde los exteriores de la prisión se podían escuchar detonaciones y balazos, según constató un reportero de la AFP.
Hasta el mediodía local las autoridades no habían informado si el motín había sido controlado.
Los choques estallaron en medio del estado de emergencia y el toque de queda nocturno que rige en Guayaquil desde el martes en la noche debido a la violencia reinante. Este miércoles dos presos murieron en peleas dentro de la misma cárcel.
El organismo estatal encargado de las prisiones, SNAI, señaló en un comunicado que reclusos "responden con violencia contra servidores de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria, inclusive con el uso de granadas".
Con el apoyo de policías y militares, el SNAI inició el traslado de presos desde Guayas 1, controlada por organizaciones narcotraficantes, hacia otros centros de reclusión para reducir el hacinamiento de reos.
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Los responsables de los ataques son presos "integrantes de grupos de delincuencia organizada", agregó el SNAI.
La ola de violencia, que se desató por el traslado de unos 1.000 presos de Guayas 1, empezó el martes con más de una docena de atentados con explosivos en estaciones de policía, gasolineras y centros de salud de Guayaquil, lo cual vació las calles de la ciudad. En esos ataques murieron cinco uniformados y un civil.
Amparado en el estado de excepción, el gobierno del presidente Guillermo Lasso desplegó militares para que apoyen a la Policía en los operativos contra las múltiples bandas que operan en la ciudad.
El temor impera en Guayaquil, donde en lo corrido del año se han reportado 1.200 homicidios, 60% más que el mismo periodo de 2021, según datos oficiales.
"Lugar perfecto"
El narcotráfico tomó vuelo en los últimos años en Ecuador, hasta entonces un lugar de paso de cargamentos ilegales desde Colombia, principalmente.
Organizaciones abrieron un mercado interno de venta de drogas y multiplicaron los envíos de toneladas de cocaína desde Guayaquil y otros puertos.
Las bandas criminales dominan varias penitenciarias, convertidas en un centro "seguro" de sus operaciones ante la incapacidad del Estado de asumir el control.
"Ecuador es un país dolarizado y con una justicia corrupta y permeable. Es el lugar perfecto para la actividad" criminal, señaló a la AFP el abogado Xavier Flores, especialista en derechos humanos.
Para el exjefe de inteligencia militar Mario Pazmiño, en el país hay "una gobernanza criminal, en la cual el crimen organizado ha comenzado a desplazar al Estado de ciertos espacios territoriales".
La disputa por el poder de las bandas en las prisiones deja alrededor de 400 muertos desde febrero de 2021, la mayoría en matanzas con cuerpos baleados, incinerados y mutilados a machete.
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"Eso se va a extender, va a haber una metástasis de violencia a nivel nacional comenzando por las principales ciudades, donde estas organizaciones ya tienen ciertos enclaves y proyectándose a otras ciudades que tal vez no están contaminadas", expresó a la AFP Pazmiño.
En 2021, el país registró incautaciones récord de 210 toneladas de drogas, en su gran mayoría cocaína. En lo que va del año los decomisos suman 160 toneladas.