El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, hizo un llamado este viernes a que en Colombia se respeten los derechos de quienes no protestan y a que haya cese a los bloqueos. 

Además, condenó los casos de "tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden" en el país.

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"Condenaremos especialmente los casos de tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden", indicó el diplomático uruguayo en una declaración publicada en Twitter con respecto a las protestas contra el gobierno de Iván Duque que se extienden desde hace diez días y que han dejado 26 muertos, según datos de la Defensoría del Pueblo, aunque algunas organizaciones de Derechos Humanos eleven a 37 esa cifra.

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Almagro indicó que la secretaría de la OEA reconoce "la protesta pacífica como un derecho básico y fundamental que debe ser protegido", pero también llamó a que sean amparados los derechos de quienes no se manifiestan.

Las manifestaciones comenzaron como una movilización contra una reforma fiscal regresiva, ya retirada, que derivó en un movimiento de protesta más amplio contra el gobierno. Los bloqueos en las carreteras han provocado escasez de combustible en ciudades como Cali y Pereira.

"El derecho a la protesta no puede ser un pretexto para vulnerar los derechos fundamentales de la población", señaló Almagro quien exhortó a "cese de los bloqueos".

El jefe de la OEA valoró el informe enviado por la Defensoría del Pueblo a la Fiscalía respecto a la "judicialización de la responsabilidad penal por parte de aquellos miembros de la fuerza pública que se han excedido y que han cometido delitos".

Almagro también destacó el procesamiento de quienes han transformado "la protesta en vandalismo y que ha confundido el vandalismo con acciones de naturaleza terrorista".

El país sudamericano atraviesa una dura situación económica derivada de la pandemia de coronavirus que azota duramente al continente, la cual provocó una contracción del PIB local de 6,8% en 2020, llevando el desempleo al 16,8% en marzo y sumiendo a casi la mitad la población en la informalidad y la pobreza, según cifras oficiales.