Un total de 464.000 personas fueron víctimas de homicidios en 2017, más que todos los muertos en guerras ese año, con Latinoamérica como zona más peligrosa y con la desigualdad, el crimen organizado y el machismo entre las principales causas.

Ese es el panorama que dibuja el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019 publicado este lunes en Viena por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés).

La ONU compara la cifra de 2017 con la de 1992 y concluye que, aunque el número de fallecidos ha subido un 17 %, se ha producido un descenso de la tasa de homicidios, es decir, del número de víctimas por cada 100.000 habitantes, debido al aumento de la población.

Así, de los 7,2 homicidios por cada 100.000 habitantes de 1992, se pasó en 2017 a 6,1, disminuyendo, en términos generales, el riesgo de morir por esa causa.

Sin embargo, dentro de esa tendencia general, desde 2015 se ha detectado una leve subida, por primera vez en décadas de bajada.

Ese aumento puede explicarse por el incremento en América Latina, la región con la tasa más alta y la única donde sube y, especialmente, en países como Brasil y México, cuyo peso demográfico influye en la tasa de toda la región.

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Dentro del continente americano, con una tasa media de 17,2, destacan los altos índices de Centroamérica (25,9), Sudamérica (24,2) y el Caribe (15,1), lejos de las cifras del resto del mundo: África (13), Europa (3), Oceanía (2,8) y Asia (2,3).

Aunque América sólo alberga el 13 % de la población mundial, aquí se registran el 42 % de todas las víctimas de homicidios, una situación que es especialmente grave en América Latina y en la que confluyen problemas de desigualdad, debilidad del sistema judicial y fortaleza del crimen organizado.

Los únicos cuatro países del mundo con tasas de homicidio de más de 40 personas por cada 100.000 habitantes están en Latinoamérica: El Salvador (62,1), Venezuela (57), Jamaica (57) y Honduras (41,7).

La UNODC destaca especialmente el caso de Venezuela, donde se ha registrado "el más dramático incremento" de la tasa de homicidios, al pasar de 13 a 57 por 100.000 habitantes entre 2012 y 2017.

Por contra, destaca la reducción del número de homicidios experimentada por Colombia en ese periodo, de 80 a 25 por cada 100.000 habitantes, algo que se atribuye en parte a la "intensificación de la acción estatal contra el tráfico de drogas".

En la parte baja de la tabla, pero aún por encima de la media mundial de 6,1 homicidios por cada 100.000 personas, están países como Argentina, Perú, Uruguay o Nicaragua. Sólo Chile, con 3,1, estaría por debajo de ese promedio.

El Estudio dedica un capítulo entero a los crímenes machistas y destaca que, aunque las mujeres suponen sólo el 20 % de todas las víctimas de homicidios, son la inmensa mayoría en los crímenes de pareja.

Así, casi el 60 % de las 87.000 mujeres que fueron asesinadas en 2017 en todo el mundo fueron víctimas de un crimen machista cometido por sus parejas, exparejas o familiares hombres, lo que hace que el hogar, insiste la ONU, sea "el lugar más peligroso" para ellas.

El reporte también apunta a la cada vez más evidente, pero aún poco estudiada, relación entre crisis climática, y problemas medioambientales en general, con el aumento de la violencia, especialmente por la falta de recursos, como agua o tierra cultivable.