Es el viaje más largo del papa Francisco hasta la fecha. El vuelo de la compañía Ita Airways en el que viajan el papa, la delegación vaticana y 75 periodistas, aterrizó este martes 3 de septiembre en el aeropuerto internacional de Yakarta poco antes de las 11.30 horas locales del martes, tras 13 horas de vuelo.
El papa, de 87 años, fue recibido en el aeródromo por el ministro de Asuntos Religiosos de Indonesia, Yaqut Cholil Qoumas, y reposará el resto del día para descansar del vuelo y acostumbrarse a la diferencia horaria.
“Esperamos que sea testigo de cómo cuidamos la diversidad en Indonesia”, afirmó el ministro indonesio, según un comunicado, en el que también destacó la importancia del “diálogo” interconfesional que abandera el pontífice en este viaje.
El presidente indonesio, Joko Widodo, expresó la bienvenida al papa Francisco en una visita que calificó de “muy histórica”, tras las de sus sucesores Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II en 1989.
Unos 4.300 soldados y 4.700 policías, así como francotiradores, velarán por la seguridad del papa, según las autoridades indonesias, durante los diversos eventos en el archipiélago asiático entre el 3 y 6 de septiembre. El máximo representante católico también estará acompañado por miembros de la guardia suiza del Vaticano.
Tercera población católica de Asia y 89,4 % de musulmanes
Está previsto que el pontífice destaque el diálogo con el islam y las religiones en el archipiélago, así como la lucha contra el cambio climático.
Al día siguiente, participará en un acto interrreligioso en la mezquita Istiqlal en Yakarta y ofrecerá una misa en el estadio Gelora Bung Karno, en el que se espera la participación de 80.000 personas, entre otros actos.
Los católicos representan solo el 3,1 por ciento de los 270 millones de indonesios, pero aún así es la tercera población católica más numerosa de Asia, después de Filipinas y China, mientras que los musulmanes son el 89,4 por ciento.
Indonesia, que practica por lo general un tipo de islam moderado, ha experimentado en las últimas dos décadas un incremento de la influencia de grupos radicales, aunque en los últimos años han sido menos activos.