Este jugo de manzana era comercializado por la cadena de alimentos en una presentación de 235 ml, y se vendía en un paquete de seis botellas de plástico PET (responsable) con el medio ambiente. Además, se presentaba como 100 % jugo natural.
El arsénico es un elemento químico que se encuentra en algunos alimentos por el tipo de tierra en el que son cultivados y puede llegar a afectar gravemente la salud de los consumidores, en especial la de los niños. Es por eso que la FDA estableció límites para el contenido de arsénico en estos productos.
En 2013, después de dos décadas de estudios, la FDA pautó un “nivel de acción” de 10 partes por billón (ppb) de arsénico inorgánico en jugo de manzana, alineando esta medida con los estándares de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) para el agua potable.
Estas regulaciones se presentan porque, al estar expuesto de manera constante a este elemento, aumenta las posibilidades de padecer de cáncer, en especial de piel, vejiga, pulmón e hígado. Además, el arsénico puede contribuir a enfermedades cardiovasculares y problemas relacionados con la presión arterial.
Hasta el momento, la FDA no ha dado instrucciones sobre qué deben hacer los consumidores que ya tienen estos jugos en casa; sin embargo, la recomendación es no consumirlos. Tampoco se ha informado si habrá un reembolso económico para aquellas personas que han comprado el producto en las últimas semanas.