Concluyó en México la cumbre migratoria donde doce países latinoamericanos se reunieron en torno a la crisis de migración que viven sus países como territorios de tránsito de personas de forma irregular. En esta, realizaron una declaración conjunta que rechazó las “medidas coercitivas”, con la promesa de respetar el derecho humano a migrar y la solicitud de más opciones legales para migrar.
En este encuentro, participaron el presidente Gustavo Petro y el canciller Álvaro Leyva. Así mismo, hicieron presencia los presidentes de Cuba, Haití, Honduras y Venezuela; el vicepresidente de El Salvador y el viceprimer ministro de Belice, y ministros de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá.
“(Acordamos) exhortar a que los países de origen, tránsito y destino implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares, e incluyendo la promoción de opciones de regularización permanente”, explicó Alicia Bárcena, canciller mexicana mientras leía el pronunciamiento consensuado.
Se realizó en el sitio arqueológico de Palenque, en el estado mexicano de Chiapas, al sur del país y fronterizo con Guatemala, por donde transita el grueso de quienes dejan sus países escapando de la pobreza y la violencia.
Antes de la reunión, los dignatarios realizaron un recorrido privado por la zona arqueológica, acompañados por su anfitrión, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que horas después publicó en X (antes Twitter) una foto con sus invitados.
“El Encuentro de Palenque, por una vecindad fraterna y con bienestar, es una convocatoria a sumar esfuerzos, voluntades y recursos para atender las causas del fenómeno migratorio”, escribió el mandatario mexicano, Manuel López Obrador.
“Se trata de un asunto humanitario en el que tenemos que trabajar unidos”, añadió López Obrador, quien aparece flanqueado por Maduro, Díaz-Canel, Petro, Xiomara Castro de Honduras y el primer ministro de Haití, Ariel Henry.
Mientras tanto, en Tapachula, ciudad fronteriza y primer punto de concentración de los migrantes en México, un grupo de indocumentados realizó una protesta.
Quemaron tres piñatas con los rostros de los presidentes Maduro y Díaz Canel, además del nicaragüense Daniel Ortega, con un letrero que decía: “Cumbre de Represores”.
De todos estos países proviene la gran mayoría de los 1,7 millones de migrantes que, según México, han alcanzado durante 2023 la frontera con Estados Unidos, considerada la ruta terrestre “más peligrosa del mundo” por la Organización Internacional para las Migraciones.
“Negocio vil y sucio”
“Lo que puedo suponer de esa reunión es que van a decidir la deportación de cada uno de todos los que estemos en el camino”, dijo a la AFP Jorge Rodríguez, un venezolano de 33 años que descansa con otros migrantes en un albergue de religiosas católicas en Palenque.
Rodríguez dejó su país hace dos meses y atravesó caminando la peligrosa selva del Darién, fronteriza entre Colombia y Panamá.
Sabe que el pasado miércoles llegó a Caracas el primer vuelo con venezolanos deportados desde Estados Unidos tras un acuerdo del gobierno de Joe Biden con Maduro, pese a que Washington no lo reconoce formalmente como presidente.
“Es un negocio vil y sucio usarnos como la carta que tienen bajo la manga. Plata para su bolsillo (del gobierno). ¿Y el venezolano qué?”, añade Rodríguez, también informado de que Biden aligeró las sanciones económicas contra Caracas.
Lo que sigue tras la reunión
Los Estados participantes harán hincapié en las relaciones de “cooperación sur-sur”, donde se promoverán los diálogos de forma bilateral entre los países de origen, tránsito y destino de los migrantes. De esta manera, se fortalecerá el trabajo coordinado con los organismos internacionales para así atender a aquellas personas con necesidades especiales de protección.
A través de un seguimiento, se creará un “diálogo al más alto nivel” a cargo de un nuevo grupo de trabajo dirigido por las Cancillerías.
Los altos funcionarios vincularán estos acuerdos con el encuentro de alto nivel sobre migración y desarrollo de América Latina y el Caribe que propusieron los gobiernos de Colombia y México para el primer trimestre de 2024. De igual forma, los países participantes coincidieron a favor del diálogo entre Cuba y Estados Unidos.
Con información de AFP.