El presidente Gustavo Petro reaccionó el martes, 24 de diciembre, a la polémica generada por Valentina Gómez, una colombiana que aspira al Congreso de Estados Unidos, y quien recientemente propuso ejecuciones públicas contra migrantes ilegales. A través de su cuenta de X, el mandatario la calificó de “fascista” y criticó sus mensajes de odio hacia la población migrante.
“Ella no es solo estadounidense fascista. Es colombiana. Y siendo migrante lo que quiere es desatar el odio a los migrantes. La mayoría de los estadounidenses son asesinados por estadounidenses”, escribió Petro en respuesta a un video donde Gómez simula la ejecución de un muñeco encapuchado, atado a una silla.
La candidata, conocida por su afinidad con el expresidente Donald Trump y miembro activo del movimiento MAGA (Make America Great Again), publicó el video en sus redes sociales con el mensaje: “Es así de simple, ejecuciones públicas para cualquier ilegal que viole o mate a un estadounidense. No merecen la deportación, merecen que se les ponga fin”.
El video fue censurado por X por violar las políticas de contenido violento, pero generó fuertes reacciones en redes sociales. Mientras algunos usuarios expresaron su respaldo, otros manifestaron su rechazo e indignación por la propuesta.
Ante la censura de su video, Gómez respondió en su perfil social así: “El hecho de que mi video esté restringido y mi cuenta suspendida demuestra que soy la mayor amenaza para el establishment porque digo las cosas como las veo, les doy esperanza a las personas y no necesito su dinero. Recuerda, nadie vendrá a salvarnos”.
Valentina Gómez ha sido una figura polémica en el ámbito político estadounidense. En febrero de este año, incendió libros LGBTQ, calificándolos de “acicaladores, adoctrinadores y sexualizadores”. Su cuenta de Instagram ha sido suspendida en repetidas ocasiones por compartir contenido considerado ofensivo.
La publicación de la candidata republicana se produjo después de que un migrante ilegal fuera acusado de asesinato de una mujer que fue quemada viva en el metro de la ciudad de Nueva York. La situación ha reavivado el debate sobre migración y seguridad en Estados Unidos, generando reacciones divididas tanto en ese país como en Colombia.