El primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, anunció el jueves que convocó al Nuncio Apostólico, es decir, al embajador del Vaticano en dicho país europeo, después que el papa Francisco describió la legislación belga sobre aborto como “una ley asesina” durante una visita la semana pasada, lo que levantó voces desde todos los sectores.
En una presentación ante el Parlamento belga, De Croo expresó que los comentarios eran “inaceptables” y añadió que transmitiría su insatisfacción al Nuncio, a quien ha “invitado” para “discusiones sobre este asunto”.
“Mi mensaje al nuncio apostólico será muy claro: lo que pasó es inaceptable”, dijo De Croo en medio del anuncio.
“No necesitamos lecciones sobre cómo nuestros legisladores aprueban democráticamente las leyes. Afortunadamente, el tiempo en que en la Iglesia dictaba la ley en nuestro país ya ha quedado atrás”, sostuvo el Primer Ministro.
El papa Francisco, de 87 años, recibió críticas por las posturas que defendió sobre el aborto y el papel de las mujeres en la Iglesia durante una gira de tres días en Bélgica, la semana pasada. Durante su estancia, el pontífice rindió homenaje al difunto rey belga Balduino, quien adoptó una postura pública contra el aborto.
Y es que en 1990, opuesto a un proyecto de ley que despenalizaba el aborto, el rey Balduino se declaró “incapacitado de reinar” durante varios días, mientras el Parlamento aprobaba el texto, para evitar firmar la legislación.
En presencia del rey belga, Felipe, y de la reina Matilde, el papa Francisco elogió el “coraje” del soberano, que decidió “dejar su cargo de rey para no firmar una ley asesina”, señaló el Vaticano.
Incluso la Universidad Católica de Lovaina, donde el papa pronunció un discurso, emitió una nota oficial en que anunció que “deplora las posiciones conservadoras” expresadas por el pontífice. Cabe resaltar que más tarde, en su vuelo de regreso a Roma, el papa comparó a los médicos que practicaban abortos con asesinos a sueldo.