La familia real de Liechtenstein se prepara para un importante acontecimiento: la boda de la princesa María Carolina, de 28 años, con el empresario venezolano Leopoldo Maduro Vollmer, de 33 años. Este compromiso une dos mundos, el europeo y el latinoamericano, en una boda que tendrá lugar hacia finales del verano de 2025, según anunció la Casa Real.
Aunque no se ha especificado el lugar exacto, la expectación es alta tanto en Liechtenstein como en la comunidad internacional, dado el perfil reservado y poco conocido de esta princesa en comparación con otras figuras de la realeza europea.
Romance real en Liechtenstein
María Carolina es la segunda hija de los príncipes herederos Alois y Sophie, duquesa de Baviera antes de su matrimonio. Como nieta del Príncipe Hans-Adam II, actual jefe de Estado, la princesa representa una nueva generación de la realeza de Liechtenstein.
Nació en el Hospital Grabs de Suiza y se crio en Vaduz, donde cursó sus estudios básicos y disfruto de una infancia alejada de los reflectores. Tiene tres hermanos varones, quienes mantienen un perfil discreto, pero se perfilan como los próximos representantes de la dinastía.
María carolina continuó su formación académica en la Escuela Internacional Suiza Rheintal y luego se trasladó a Inglaterra para estudiar en Malvern College. Posteriormente, eligió el diseño de moda como profesión y estudió en París y Nueva York, desde entonces ha trabajado en la industria textil y vive en Londres.
El futuro esposo de la princesa, Leopoldo Maduro Vollmer, nació en caracas, Venezuela, en 1990, es hijo de Francisco y Sofía Maduro Vollmer, una familia reconocida en el ámbito empresarial venezolano. Leopoldo se educó en el colegio San Ignacio de Loyola en Caracas, pero su formación académica lo llevo a prestigiosas instituciones internacionales, en Inglaterra y en Escocia, donde estudiaron el príncipe William y Kate Middleton, actuales príncipes de Gales.
Más tarde, completó su formación con un posgrado en Queens College de la Universidad de Cambridge, especializándose en el área financiera. Ha trabajado en un banco de inversión en París y Nueva York, pero se estableció en 2016 en Londres.
A pesar de no figurar en la línea de sucesión al trono debido a la Ley Sálica, que excluye a las mujeres de la herencia, la princesa María Carolina representa una figura importante para la familia real de Liechtenstein, especialmente en su rol diplomático y de vinculación con otras monarquías europeas.
Su compromiso con Leopoldo también subraya la creciente integración de la familia real con otras culturas y fortalece sus relaciones internacionales, especialmente con América Latina.
Su padre, el príncipe heredero Alois, es regente de Liechtenstein desde 2004, aunque el príncipe Hans-Adam II, de 79 años, sigue siendo el jefe de Estado oficial de este país alpino de 40.000 habitantes. Liechtenstein, enclavado entre Suiza y Austria, ha mantenido una monarquía estable y se ha destacado como un centro financiero europeo, lo que le otorga un peso particular dentro de la realeza del continente.