Miles de manifestantes inundaron este viernes la capital estadounidense para participar en una marcha contra el racismo prevista desde hace meses pero atizada por un nuevo caso de violencia policial contra un ciudadano negro, en Wisconsin, que reavivó la indignación en todo el país.
Los manifestantes colmaron el National Mall de Washington como parte de una marcha en conmemoración del histórico discurso 'Tengo un sueño' de 1963 de Martin Luther King Jr., líder de los derechos civiles.
La manifestación se ha denominado 'Quítanos la rodilla de encima', en referencia a George Floyd, un estadounidense negro que murió en mayo asfixiado por un oficial blanco en Minneapolis, lo que provocó los mayores disturbios en décadas.
Las protestas del movimiento contra el racismo en Estados Unidos habían amainado, pero la indignación se reavivó el domingo cuando Jacob Blake recibió varios tiros, que probablemente lo dejen paralítico, cuando la policía intentó arrestarlo en la ciudad de Kenosha, en el estado de Wisconsin.
Familiares de Floyd, Blake y Breonna Taylor, una mujer negra de 26 años que murió en su propio apartamento por disparos de la policía, participaron como oradores, visiblemente emocionados, ante un mar de personas que coreaba los nombres de las víctimas una y otra vez.
"Lo que precisamos es un cambio y estamos en un punto en que podemos obtener ese cambio", dijo la madre de Taylor, Tamika Palmer. "Pero debemos permanecer juntos", agregó.
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Al igual que lo hizo su padre hace 57 años, el hijo de King, Martin Luther King III, se paró en las escaleras del monumento a Abraham Lincoln ante las multitudes que flanqueaban el estanque reflectante, bajo el calor húmedo del final del verano boreal.
King III pidió a los estadounidenses que sigan peleando contra la inequidad entre los blancos y los negros, y que voten, cueste lo que cueste, para derrotar a Donald Trump en las elecciones de noviembre.
"Estamos marchando para sobreponernos a lo que mi padre llamó el triple mal de la pobreza, el racismo y la violencia", dijo.
Desde la mañana, miles de personas, incluidas familias con niños, acudieron con mascarillas e hicieron fila para tomarse la temperatura para entrar al perímetro del Mall de Washington, pero más tarde el control de temperatura debió ser descartado por la longitud de las colas y la elevada concurrencia.
En Washington, vidrieras de tiendas fueron cubiertas con tablas de protección por temor a actos de vandalismo, y se pudo observar una fuerte presencia policial con bloqueo de calles.
"No venir no era una opción", dijo Karisha Harvey, una mujer negra de 46 años, que caminaba hacia el Mall con un póster que mostraba a la Estatua de la Libertad con lágrimas en la cara, acunando a un bebé envuelto en la bandera estadounidense.
Harvey estaba acompañada por Cortney Smith, una mujer blanca, de 46 años. "Estoy harta de escuchar cada semana que un hombre negro fue asesinado en la calle", dijo.
Blake, esposado en el hospital
Blake, el hombre de 29 años baleado en Wisconsin, sobrevivió y está hospitalizado, pero puede que nunca vuelva a caminar, según su abogado.
Las autoridades identificaron al oficial que abrió fuego contra él como Rusten Sheskey. El agente fue suspendido, pero no fue arrestado ni enfrenta cargos.
El viernes el Departamento de Justicia de Wisconsin comunicó que hay otros dos policías, Vincent Arenas y Brittany Meronek, implicados y dijo que dos agentes habían intentado someter a Blake con una pistola taser antes de que el individuo entrara en su coche. Allí se encontró un cuchillo.
En las violentas protestas que siguieron, dos personas fueron asesinadas por un hombre con un rifle de asalto.
Las autoridades arrestaron a un joven blanco de 17 años por las muertes y presentaron cargos de homicidio intencional contra él el jueves.
A menos de 10 semanas de las elecciones, el gobierno de Trump criticó las protestas. El vicepresidente Mike Pence rechazó las acusaciones de racismo policial sistémico y condenó "la violencia y el caos que envuelve a las ciudades de todo el país".
Boicot deportivo contra el racismo
En protesta, los principales equipos y ligas deportivas suspendieron los partidos y encuentros para mantener el foco de atención en el tema del racismo y el abuso policial.
La NBA canceló los partidos de desempate el miércoles después de que los Milwaukee Bucks, cuya base está cerca de Kenosha, se retiraran.
"Exigimos un cambio. Estamos hartos de esto", había escrito en Twitter la estrella de Los Angeles Lakers, LeBron James.
La liga de baloncesto femenino de la WNBA también pospuso su calendario de partidos del jueves por segundo día consecutivo.
En tenis, el ATP y el WTA Tours cancelaron el juego del día en el Western & Southern Open de Nueva York, y el evento se reanudará el viernes.