Qué pasa con el cerebro durante los últimos instantes de vida es un interrogante que la ciencia ha tratado de resolver por siglos. Los neurocientíficos han registrado patrones rítmicos de ondas cerebrales similares a los que se producen durante los sueños, es decir, cuando una persona está cerca de morir, su mente puede evocar recuerdos.
De ahí nace la idea de que, a la hora de su muerte, una persona revive “toda” su vida en cuestión de segundos. De hecho, un estudio de Frontiers in Aging Neuroscience, publicado en 2022, sugiere que el cerebro podría permanecer activo durante la transición a la muerte.
El doctor Raul Vicente, de la Universidad de Tartu, Estonia, y sus colegas utilizaron electroencefalografía continua para detectar las convulsiones de un paciente de 87 años con epilepsia. Sin embargo, el paciente sufrió un ataque cardíaco y falleció. A raíz de este evento inesperado, el grupo de científicos pudo registrar la actividad del cerebro a punto de morir.
“Medimos 900 segundos de actividad cerebral alrededor del momento de la muerte y establecimos un enfoque específico para investigar qué sucedió en los 30 segundos antes y después de que el corazón dejara de latir”, explicó Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville, EE. UU., líder del estudio.
Los especialistas detectaron que, justo antes y después de que el corazón dejara de latir, hubo cambios específicos en las llamadas oscilaciones neuronales gamma, pero también en oscilaciones delta, theta, alfa y beta.
Los diferentes tipos de oscilaciones, también conocidas como ondas cerebrales, están involucradas en funciones cognitivas superiores, como la concentración, los sueños, la meditación, la recuperación de la memoria y el procesamiento de la información.
“Al generar oscilaciones que intervienen en la recuperación de la memoria, el cerebro podría estar reproduciendo un último recuerdo de acontecimientos vitales importantes justo antes de morir, similar a los que se registran en las experiencias cercanas a la muerte”, dijo Zemmar.
Para los autores del estudio, estos hallazgos generan nuevas dudas con respecto al momento exacto en el que termina la vida, pero también plantean otras preguntas, como las relacionadas con el momento de la donación de órganos.
De acuerdo con el artículo científico, los hallazgos encontrados en este caso son similares a las alteraciones en la actividad neuronal que se han observado en roedores. Para el caso de estos animales, en otros estudios se ha detectado un aumento de frecuencias de banda gamma después del paro cardiaco.