Ecuador podría elegir este domingo a su primera presidenta mujer. Luisa González, de 45 años, es ciclista, maratonista y amante de los tatuajes, y trabajó en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), a quien considera su mentor, como alfil.

González fue favorita en la primera vuelta del 20 de agosto, cuando se impuso a Daniel Noboa, hijo de uno de los hombres más ricos del país, quien cuenta con el apoyo de la derecha ecuatoriana, con 34% de la votación, pero sin los apoyos necesarios para evitar el balotaje. Noboa compite por ser el mandatario más joven de la historia de ese país.

De ser elegida González, sería la primera mandataria en la historia de Ecuador | Foto: Twitter/ @marcelaguinaga

Admite que su principal asesor será Correa, quien instauró el socialismo por una década en Ecuador y terminó condenado a ocho años de cárcel por corrupción durante su exilio en Bélgica.

También se desempeñó como viceministra de Gestión Turística (2014), secretaria general del Despacho Presidencial (2015) y secretaria nacional de la Administración Pública (2017). Ejerció de vicecónsul de Ecuador en Madrid (2011) y cónsul en Alicante (España) en 2017, además de secretaria general de la Intendencia de Compañías de Quito.

Sin embargo, esta abogada con maestrías en economía y gerencia recalca que mantendrá su independencia. Tiene dos hijos, de nueve y 29 años.

“Cuando me atacan por ser madre soltera, por haber salido adelante, por haber estudiado, no me atacan a mí, atacan a cada una de ustedes, mujeres de mi patria”, ha expresado, al hablar con orgullo de su origen humilde en el costero poblado de Canuto (suroeste).

Una de sus prioridades es el combate a la inseguridad cuando Ecuador se acerca al récord de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes a causa de la violencia ligada al narcotráfico, cuatro veces más que en 2018. También le preocupa el bajo nivel de salud y educación en el “destrozado” país tras los gobiernos derechistas que siguieron al correísmo.

González achaca la criminalidad a los gobiernos de Lenín Moreno (2017-2021) y Lasso, que “priorizaron una agenda de venganza política y odio por encima del bienestar de la gente”.

Se define como cristiana evangélica, y ha sido cuestionada por grupos feministas debido a su oposición al aborto incluso en casos de violación cuando fue asambleísta.

Estudió en la Universidad Internacional del Ecuador, donde obtuvo el título de abogada, y alcanzó una maestría en Economía y Desarrollo en la Universidad Complutense de Madrid.

Noboa fue la sorpresa electoral. Casi desconocido en la política, salvo por el cargo de diputado en la disuelta Asamblea, escaló en silencio hasta colarse en el balotaje con un discurso de mano dura contra el crimen.

El candidato presidencial ecuatoriano Daniel Noboa, vestido con un chaleco antibalas, ha ganado popularidad en las últimas semanas. | Foto: AFP or licensors

El debate presidencial en la primera vuelta, al que se presentó con un chaleco antibalas alegando amenazas de muerte, catapultó su candidatura. Días antes, el entonces candidato Fernando Villavicencio había sido asesinado a tiros.

A pocos días de las elecciones, fue tendencia en redes como X (antes Twitter) y TikTok gracias a videos hechos con decenas de muñecos de cartón con su imagen a escala real.

Su padre aspiró infructuosamente a la presidencia en cinco ocasiones y en 2006 perdió ante Correa, su acérrimo rival. Tres veces llegó al balotaje.

Unos 13,4 de los 16,9 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas, en una contienda que varias encuestas prevén muy ajustada.

Jurado llegó borracho a cumplir con su deber, e intentó marcar tarjetones a favor de Luisa González. | Foto: Twitter/ @mromerorivera

El triunfador gobernará hasta mayo de 2025 para completar el periodo de cuatro años que le correspondía al derechista Guillermo Lasso, quien dio paso a comicios generales anticipados al disolver el Congreso opositor en mayo para evadir una posible destitución en un juicio político por presunta corrupción.

Ecuador afronta una guerra por el poder entre bandas del narcotráfico con una tasa de homicidios que se cuadriplicó entre 2018 y 2022, hasta el récord de 26 por cada 100.000 habitantes. Para este año, expertos estiman que esa tasa será de 40.