Como producto de un riguroso trabajo, la Policía Nacional de España, DIJIN e Interpol lograron desarticular a una organización criminal de origen colombiano asentada en el territorio español, la cual estaría dedicada al tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual.
Durante 11 diligencias de allanamiento, se capturaron a 11 personas en Almendralejo, ciudad española de la provincia de Badajoz, y 7 personas más en Arrecife, ciudad de Lanzarote. Del total de capturados, se informó que 6 quedaron en prisión por los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución coactiva, tráfico de estupefacientes, distribución de medicamentos, distribución de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, delitos contra el derecho de los trabajadores y pertenencia a organización criminal.
Todo parece indicar que la organización criminal les imponía a sus víctimas “una deuda económica que podía ascender a los 3.400 euros, alrededor de $16 millones y les retenían su documentación personal hasta que fuese cancelada”.
Este resultado se logró gracias a la denuncia de una de las víctimas, quien, se encargó de alertar a las autoridades sobre la existencia de la organización criminal que se dedicaba a explotar sexualmente a mujeres en el país español.
Entonces, las autoridades españolas optaron por la cooperación internacional y solicitaron apoyo a la Policía Nacional de Colombia, que dispuso de un equipo especializado de funcionarios del grupo investigativo contra los delitos sexuales y DIJIN. Según información oficial, la DIJIN “adelantó labores de policía judicial en el país con el fin lograr identificar a varios colombianos que se encontraban en España actuando de forma ilícita mediante la trata de personas y otros que captaban a las víctimas”.
De por sí, la organización criminal buscaban víctimas que estuviesen sumergidas en pobreza y/o vulnerabilidad, por lo que ofrecían oportunidades de progreso en España. Se informó que la banda cubría los gastos de traslado, trámite de pasaporte, compra de tiquetes e inclusive, que le daba a las mujeres dinero para viáticos y otros gastos que pudiesen presentarse durante el cruce de fronteras.
Al aterrizar en territorio español, estas mujeres eran trasladadas a un club de Lanzarote o en algunos casos, las recogían en el aeropuerto de Madrid a través de un servicio de vehículo compartido. El trayecto tenía como destino la localidad de Almendralejo (Badajoz), donde habría una casa-club.
Autoridades tuvieron acceso a declaraciones de testigos protegidos, quienes, manifestaron que “tenían la obligación de estar disponibles durante las 24 horas del día, 1 o 2 horas máximas libres, siendo sometidas a duras penalizaciones económicas”. También, se afirmó que las víctimas, al parecer, eran obligadas a pedirle a los clientes que les invitase a “ (...) consumir sustancias estupefacientes estando permanente vigiladas por cámaras de seguridad”