En un agitado mercado pakistaní los clientes curiosean en busca de la solución a sus problemas sexuales: grasa de lagarto fundida, marinada con aceite de escorpión y aromatizada con especias rojas.
Lo hacen guiados por los comentarios de terceros, aunque ningún estudio científico ha validado los poderes curativos de este bálsamo aceitoso de color negruzco y olor a quemado, que se produce en el mercado ilegal y recibe el nombre de “sanda tael” en Pakistán.
La fabricación del perseguido remedio proviene de la caza furtiva de un lagarto de cola espinosa. Para preparar la ‘pócima’, los comerciantes descuartizan al reptil en la acera y funden su grasa en hornillos. “Recomendamos aplicar solo cinco gotas sobre la zona afectada”, dice Yasir Ali, vendedor del mercado Raja de Rawalpindi, cerca de la capital Islamabad.
El comerciante de 40 años, que día a día trabaja con varios lagartos inertes a su lado sobre una lona cubierta de frascos de cristal, explica que “Esto hace maravillas para lo que es mejorar la resistencia sexual. Les traerá alegría y placer y los hará fuertes como el acero”.
Ali confirma que este remedio hace feliz a las mujeres e incentiva a los clientes a comprarla, asimismo, cuenta que tiene clientes regulares de Arabia Saudita, de Dubái, Sharjah, Malasia y varios países árabes.
Sultan Mehmood, de 62 años, quien utiliza esta poción desde hace tres décadas, asegura que la grasa de lagarto hace milagros.
Sin embargo, Muhamad Azam, de 65 años, comenta que este remedio “No es más que una actividad fraudulenta. He utilizado este medicamento, pero lo encontré inútil. Está lleno de microbios y bacterias”.
La grasa de lagarto también se vende para controlar los dolores articulares, lumbares, la ciática o la pérdida de cabello.
El “saara hardwickii” es un pequeño lagarto del sur de Asia, de un color castaño amarillento, con una cola espinosa. Se suele atrapar en las planicies de las provincias de Punyab y Sind cuando sale de su madriguera para tomar el sol.
Una especie en peligro
En Pakistán, según expertos, la presión social obliga a tener una familia amplia y la infertilidad está muy estigmatizada. Como la viagra es ilegal, este remedio goza de popularidad y para lograr su comercialización es necesario cazar la especie.
“Partimos la espalda de los lagartos después de atraparlos, realizamos esto para asegurarnos que no se escapan, porque este animal se desplaza a la velocidad del rayo”, dice Muhamad Nasir, quien coloca lazos fabricados con hilo de pesca en el árido altiplano alrededor del pueblo de Adiala, a unos 20 km de Islamabad. Una hora después ya ha capturado una decena de lagartos.
“A veces duele cazar lagartos y negarles el derecho de vivir en su hábitat natural, pero así es como nos ganamos la vida”, resalta.
El Investigador del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Jamshed Igbal Chaudry advirtió sobre el peligro que tiene esta especie vulnerable. “La sobrexplotación de lagartos los conducirá al borde de la extinción”, anotó.
Ahmad Shahab, un médico de Islamabad, critica esta práctica que en su opinión, aprovecha la ingenuidad de la gente en un país conservador donde la sexualidad es tabú. “Es una estupidez absoluta. No hay nada de verdad. Tenemos que cambiar la mentalidad de la gente y educarla”, asegura.
Según fuentes oficiales, algunos de los vendedores de este remedio sexual han sido arrestados varias veces por agentes encargados de la protección de la fauna de Pakistán, sin embargo, pagan multas de 10.000 rupias (unos 35 dólares aproximadamente) y retoman su actividad.
*Con información de AFP.