Los reyes de España presidieron este lunes una entrega de premios en Barcelona, marcada por las protestas de cientos de independentistas, que acosaron en la calle a los invitados a la ceremonia y quemaron retratos de Felipe VI.

El primer acto oficial de la princesa Leonor en Cataluña fue la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Girona (un título honorífico de la heredera del trono español) y estuvo protagonizado por las protestas fuera y la normalidad dentro del Palacio de Congresos de Barcelona.

La familia real española fue ovacionada al inicio de la ceremonia, en la que la princesa Leonor, que acaba de cumplir 14 años, intervino en catalán para asegurar que "Cataluña siempre ocupará un lugar en mi corazón".

También habló en castellano e inglés, incluso con unas palabras en árabe, y destacó que la Fundación Princesa de Girona se ocupa de los jóvenes, de su formación y de que tengan más oportunidades.

Antes del evento, un grupo de manifestantes independentistas bloqueó el paso hacia el edificio donde se celebró el acto y acosó a algunos de la invitados, que tuvieron que retroceder mientras eran insultados y en ocasiones escupidos, para entrar finalmente por puertas laterales.

Desde varias horas antes del inicio de la ceremonia, varios cientos de independentistas se concentraron en torno al importante perímetro de seguridad establecido por la policía en torno al Palacio de Congreso con el objetivo de protestar por la presencia del monarca, con pancartas, pitidos y cacerolas.

Además, muchos asistentes a las protestas acudieron con fotografías del rey de España para quemarlas ante las cámaras.

La presencia de los reyes y de sus hijas en Barcelona para la entrega de esta edición de los Premios Princesa de Girona es la primera de los monarcas en Cataluña desde el 14 de octubre, cuando se conoció la sentencia a penas de cárcel contra nueve líderes independentistas por el proceso secesionista de 2017, tras la que los partidarios más radicales han protagonizado disturbios en las calles.

Tanto lugar en el que se celebrará la entrega de los Premios Princesa de Girona, el Palacio de Congresos, como el hotel Juan Carlos I, donde se alojan los miembros de la familia real, están vallados por las fuerzas de seguridad, que han desplegado su dispositivo en la capital catalana, integrado por la Policía española y la autonómica de Cataluña, para evitar incidentes.

La Fundación Princesa de Girona reconoce con estos premios el talento de los jóvenes en diversas áreas: Social, Investigación Científica, Artes y Letras, Empresa e Internacional.

Una de las novedades de este año, en el que los premios celebran su décima edición, fue que, por primera vez, la ceremonia no se celebrará en Girona, sino en Barcelona.

La directora de la Fundación Princesa de Girona, Mònica Margarit, justificó hoy el cambio porque querían celebrarlo en un lugar que permitiera congregar a unas 2.000 personas y no hay ningún espacio para ello en Girona salvo el Auditorio municipal de la ciudad y el Ayuntamiento se niega a cederlo.

El pasado año, los actos tuvieron que celebrarse fuera de la ciudad de Girona después de que el Ayuntamiento de es ciudad, gobernando por independentistas, denegara a la Fundación uso del Auditorio de la ciudad, sede tradicional, con el argumento de que iba a estar en obras en esas fechas.

Además, no estuvo presente ningún miembro del Gobierno regional de Cataluña, ni tampoco asistió la alcaldesa de Barcelona, la activista izquierdista Ada Colau.

Por otra parte, hoteleros, comerciantes, restauradores y propietarios de apartamentos turísticos de Barcelona enviaron hoy un mensaje de "alarma" por la persistencia de las protestas y el "importante" efecto negativo que puede tener sobre las empresas del sector.

En un comunicado conjunto, las organizaciones que reúnen a las empresas de esos sectores alertaron de que "esta situación daña gravemente la imagen, la reputación y la confianza de la ciudad de Barcelona".