Aunque el peligro era inminente, las señales eran claras, nadie estaba preparado para los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2001, cuando Estados Unidos era atacado con aviones comerciales convertidos en armas letales.

Más de diez programas, cinco de los cuales son estrenos, tiene History Channel en sus dos canales durante esta semana con el fin de conmemorar los 20 años de los ataques terroristas que dejaron cerca de 3000 personas fallecidas.

En estos especiales participan voces especializadas como Cliff Chanin, Director VIP del 9/11 Memorial & Museum y Richard Reichen, sobreviviente de los atentados.

Descendiendo desde el piso 90

Hoy Richard Reichen cuenta con una carrera de más de cuarenta años como ejecutivo de alta tecnología. El 11 de septiembre de 2001 se encontraba trabajando en el piso 90 de la Torre Uno del World Trade Center, cuando escuchó el impacto del avión estrellarse contra la torre, solo tres pisos arriba de él. No solo logró sobrevivir, también bajó los 90 pisos por las escaleras, ayudando a una mujer para que también sobreviviera.

¿Cómo recuerda esos momentos?

Hoy en día lo recuerdo aún con más emociones que hace unos años atrás. Creo que estaba intentando encontrarle el sentido a lo que había vivido. Me encontraba en el piso 90 y fui una de las cinco personas que pudo salir de allí.

Tengo vivo el sonido del golpe metálico del avión contra el edificio y cómo todo explotó en llamas, se cayeron las paredes y un compañero murió entre mis piernas completamente quemado. No teníamos ni idea de lo que estaba pasando, en el pasillo interior terminamos
protegiéndonos, pero alrededor las paredes estaban en llamas. Era pensar cómo se podía sobrevivir en el siguiente segundo, entre muchos heridos, gente sangrando.

Se salvó y salvó a otra persona…

En medio de las llamas y el caos vi a Luz González, a quien terminé ayudando y llevándola por los 90 pisos, cargando su peso, se iba apoyando a mí, pero al mismo tiempo intentando entender qué era todo lo que estaba pasando. Era por un lado la emoción del momento y por el otro lado, la necesidad de ser racional para poder sobrevivir.

Al bajar, Luz se desmayó dos veces, y cuando sentí que no podía más con ella, en el piso 40, me encontré al primero de los bomberos, quien me ayudó a cargarla y poder darle oxígeno. Ese grupo de bomberos logró sobrevivir pero su teniente no.

¿Cómo fue ese encuentro con el bombero?

Realmente increíble. Cuando empezamos a bajar a Luz, el bombero me preguntó: ¿Cómo están las cosas allá arriba? pero yo le contesté con otra pregunta: ¿Cómo están las cosas allá abajo? y realmente ninguno supo responder nada, emocionalmente no podíamos comprender nada.

¿Era una carrera contra el tiempo porque pronto el edificio cayó?

Cuando yo di tan solo algunos pasos afuera del edificio, cuando pensé que ya estaba seguro, el edificio empezó a caerse. Vi como colapsaba casi sobre mi hombro derecho. Me golpeé en distintas partes escapando de la caída, pero el sentido de sobrevivencia y la adrenalina me hizo que siguiera avanzando ante mi incredulidad de lo que estaba ocurriendo,
intentando respirar en medio de esa nube de humo que te sofocaba.
La confusión era tal, la nube de humo oscureció todo, no podía respirar ni escuchar nada, por lo que en un momento pensé que en realidad estaba muerto, por lo que empecé a entrar en paz conmigo mismo. En varios momentos me pregunté. ¿Estoy vivo o estoy muerto?

¿Qué ocurrió cuando logró salir de esa nube de polvo y supo que estaba vivo?

Me llevaron al hospital. Era increíble, porque era un desastre, un hospital de guerra con personas heridas por todos lados, pero me encontré con médicos y enfermeras que me cuidaron de una manera única, de una entrega admirable. Los verdaderos héroes, junto a los bomberos.

¿Estaba Luz González con usted?

Cuando llegamos al lobby del edificio del World Trade Center, ahí vimos lo que estaba pasando realmente en toda su magnitud. Las ventanas habían caído y había vendavales de cenizas. Los guardias de seguridad no dejaban de decirnos que corriéramos.

Yo estaba cansado y venía sangrando, pero ellos no dejaban de decirnos que corriéramos. Luz y yo corrimos para salir, encontrándonos con ambulancias y médicos, que al verme sangrar, intentaron atenderme primero a mí, pero lo mio era un mal menor, a ella le costaba respirar, por lo que les pedí que la atendieran primero a ella.

Cuando empezó a caer el edificio corrí con el médico que me atendía, la perdí de vista y me alteré por ello. Debo aclarar que yo, antes de esto, no conocía a Luz, porque era uno de esos pisos en los cuales se encontraban las oficinas de muchas empresas, por lo que me preocupé mucho, pues había hecho un compromiso moral con ella que la sacaría de allí. Sentía que había fallado al final.

Sabía qué empresas habían en el piso, así que empecé a indagar por una de sus empleadas llamada Luz, pues en ese momento no sabía su apellido, hasta que me respondieron y me contaron que se estaba recuperando.

¿Por qué seguir hablando del 9/11?

Existe un grupo de nosotros, los sobrevivientes, que seguimos viviendo el 11 de septiembre todos los días. Colectivamente es difícil comprender un evento tan cercano, desde una perspectiva 360 grados histórica, pero entre más datos dejemos, mejores conclusiones podrán tener los historiadores del futuro.

Es importante seguir hablando y debatiendo sobre lo ocurrido, para pensar en lo que dejamos pasar y que permitió estos actos terroristas, porque terroristas en Estados Unidos ya estaban mucho antes de 2001. Es importante analizar lo que no vimos colectivamente para tenerlo claro para el futuro.

¿Cómo es la vida tras sobrevivir a un hecho como el 9/11?

Yo tenía casi 50 años cuando esto sucedió, por lo que decidí que realizaría cambios enormes en mi vida. Todo lo que me hiciera feliz lo haría. Todos los días valoro la luz del sol, las hojas de los árboles, la brisa, lo cual suena cursi, pero absorbo todo esto, porque si lo piensas un poquito, yo no debería estar aquí, así de simple.

Al museo

Cliff Chanin, Vicepresidente Ejecutivo y Director de los programas del Museo de la Memoria del 9/11, se encarga de supervisar las exposiciones y el catálogo. Además, ha realizado dos películas y tres libros sobre los hechos allí vividos hace 20 años.

¿Por qué conmemorar un aniversario como este?

Hemos tenido mucho tiempo para pensar en todo esto. Son dos décadas que marcan a una generación completamente nueva, porque muchos jóvenes no saben lo que realmente sucedió, pues es lo que sucede con el pasar de los años. Nos hemos concentrado en la educación de esta nueva generación.

Muchos de los documentales que se están presentando en este aniversario presentan testimonios en primera persona que muestran lo que significó todo esto y cuál fue el impacto. Es muy importante escuchar todas estas voces para comprender mejor lo que sucedió.

¿Qué tanto la pandemia ha cambiado la actividad del museo?

Aún no sabemos qué ocurrirá tras la pandemia, pero antes del covid-19 nosotros contábamos con la presencia de tres millones de personas que llegaban por año al museo. Todos los días podíamos ver el impacto del 9/11, no solo en Nueva York, sino en todos los lugares del mundo donde la gente estaba y vio todos los hechos, por lo que la gente llega al museo para tratar de comprender lo sucedido porque saben que es importante, compartiéndola con sus seres queridos.

Es gratificante poder ayudar a la gente para que se encuentre con estos materiales, que son tan difíciles de comprender, pero llegan por elección, nadie los obliga, quieren aprender y encontrarse con una dolorosa historia que es necesaria de saber.

¿Y las teorías conspirativas?

Existen teorías conspirativas en torno a este día, que no las voy a refutar porque no es el punto, pero si quiero decir que existe un fenómeno social donde todos los eventos pueden generar este tipo de teorías, como lo acabamos de ver con el covid-19.

Estas teorías tienen mucho en común sobre lo que realmente pasó, pero la pregunta importante es por qué. La realidad es que se suelen lanzar muchas acusaciones infundadas, pero lo que tenemos que hacer es pensar qué podemos hacer para que los jóvenes comprendan lo que fue este evento.