En medio de los combates en la región fronteriza de Kursk, el ejército ruso capturó a un mercenario colombiano, según informaron este martes fuentes de las fuerzas de seguridad a la agencia TASS. El detenido formaba parte de un grupo de soldados ucranianos apresados en la zona de Sudzha.

El mercenario colombiano, cuya identidad no ha sido revelada, se une a otros casos recientes que vinculan a ciudadanos de Colombia en el conflicto entre Rusia y Ucrania. A finales de agosto de 2024, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) abrió procesos penales contra dos colombianos, José Aarón Medina Aranda y Alexander Ante, acusados de participar como mercenarios en las filas del ejército ucraniano.

José Aarón Medina Aranda y Alexander Ante, acusados de participar como mercenarios en las filas del ejército ucraniano. | Foto: RT

El mercenarismo en Rusia está severamente penado por el artículo 359 de su código penal, con condenas que oscilan entre los 7 y 15 años de prisión. Este delito incluye la participación en conflictos armados por incentivos económicos o beneficios personales, una práctica que las autoridades rusas han señalado como un problema creciente.

Antecedentes y otros casos de colombianos en Rusia

Medina Aranda y Ante fueron capturados tras regresar de Ucrania y realizar una escala en Caracas, Venezuela, antes de intentar llegar a Colombia. Según las autoridades rusas, ambos participaron activamente en las hostilidades contra fuerzas rusas en Ucrania.

La Cancillería colombiana ha confirmado la detención de estos dos ciudadanos y ha solicitado a las autoridades rusas información detallada sobre su situación legal y el proceso penal que enfrentan. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre las condiciones en las que se encuentran y las pruebas que sustentan las acusaciones.

el ejército ruso capturó a un mercenario colombiano, según informaron este martes fuentes de las fuerzas de seguridad a la agencia TASS. | Foto: 2024 Libkos

Medios independientes han señalado que Rusia ha alistado a miles de extranjeros de países como Kirguistán, India y Cuba con promesas de ciudadanía, contratos lucrativos o bajo falsos pretextos para combatir en Ucrania. Este contexto genera inquietud sobre el reclutamiento de personas para participar en un conflicto de alto riesgo.

El caso del mercenario colombiano capturado más recientemente destaca la creciente implicación de ciudadanos de diversas nacionalidades en el conflicto ucraniano y los desafíos legales y diplomáticos que esto plantea para los países de origen de los involucrados.