La genética determina el color de los ojos de los seres humanos, por lo que, según investigadores, las personas con ojos azules tienen un ancestro común que estuvo en el planeta hace 6.000 o 10.000 años.
La conclusión del profesor Hans Eiberg es que durante la evolución, una mutación genética frenó la producción de melanina en los ojos, por lo que apareció el color azul. Según él, la mutación ocurrió una sola vez y se trasmitió de generación en generación.
En palabras de Eiberg en la revista Human Genetics, el ancestro habría vivido en el norte del Mar Negro y al trasladarse a Europa desde África habría provocado la mutación, por ello, al principio solo las personas caucásicas tenían ese color de ojos y con el mestizaje migró a las personas de todos los colores de piel y cabello.
En la actualidad muchos influenciadores en redes sociales comparten diferentes procesos que realizan en sus cuerpos. Uno de los más riesgosos e inadecuados es la queropigmentación, una operación que, por medio del láser, busca cambiar el color de los ojos alterando el color natural del mismo. Otro de los casos más comunes por los que naturalmente puede cambiar el iris del ojo, es por alteraciones genéticas como la heterocromía. En estos casos las personas pueden tener los ojos de diferentes colores, pero es algo preestablecido en su base genética.
“El ojo puede cambiar de color cuando hay un ataque del cuerpo hacia su propio tejido, como una atrofia del iris, o por una picadura de abeja, por ejemplo, pues produce una inflamación severa. Cambiará el color del iris, en la gran mayoría de casos a azul, pero se perderá la visión por trauma”, sostiene Liliana Ospina, médica oftalmóloga.
Sin embargo, aunque no es posible realizar un cambio de color de ojos sin tener algún tipo de riesgos, existen diferentes procedimientos quirúrgicos para cambiar el color de ojos, la mayoría de ellos, deben realizarse por temas médicos.
- Queratopigmentación anular: Esta cirugía se utiliza para mejorar la apariencia de los ojos de pacientes con leucomas o más conocido como opacidad de la córnea, también se utilizan para arreglar la córnea blanca como resultado de alguna enfermedad o trauma. Se basa en aplicar pigmento para cubrir el color de los ojos, un proceso similar al de un tatuaje, la única diferencia es que se utiliza un láser y no agujas.
- Implantes de color: Este implante siliconado, se ubica entre el iris y la córnea con medidas especiales para cada ojo. Para esto, se debe realizar una incisión. En los casos especiales, donde los pacientes no tienen iris o su ojo no terminó de desarrollarse, se debe trabajar sobre una prótesis que filtre mejor la luz, pues esta puede alterar completamente la visión, sin embargo, esta última no tiene ninguna indicación estética, ya que las complicaciones pueden ser severas, podría llegar a romperse el iris natural y de forma progresiva, dañar gravemente la visión.
- Despigmentación del iris: Esta es una de las técnicas utilizadas para aclarar el color del iris, sin embargo, no se puede obtener una tonalidad definitiva y garantizar un color específico esperado, pues la técnica altera su color por medio de un láser de baja intensidad que, científicamente, no tiene estudios que afirmen su efectividad total. Este procedimiento puede perder la visión por patología a largo plazo o consecuencias como ojo seco, sensibilidad a la luz, reacciones alérgicas, cataratas, obstrucción del drenaje del humor acuoso, glaucoma, uveítis o pérdida de transparencia de la córnea.