Los volcanes constantemente son vistos como sinónimo de caos y temor. En los últimos meses, varios países latinoamericanos han tenido que avocarse a los especialistas para saber qué ocurre en sus territorios, como es el caso de Colombia con el volcán Nevado del Ruiz, que ahora se encuentra en alerta amarilla, pero que ha tenido a los ciudadanos previendo una posible erupción.
Como este ejemplar, en México hay muchos. De hecho, las estadísticas aseguran que en ese país hay más de 2.000 volcanes, de los cuales 42 son reconocidos y 12 están activos. El Popocatépetl, por ejemplo, ha estado en la retina del Gobierno mexicano por su constante emisión de gases y pequeñas erupciones.
Aunque en todo el mundo están desarrollándose y naciendo cada vez más volcanes, de manera constante y con lentitud, parece ser que el nuevo inquilino del planeta estará en suelo latinoamericano, más exactamente en Ciudad de México, capital del país que lleva el mismo nombre.
De acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), es un hecho que esto ocurrirá. En palabras dadas por la experta en vulcanología Ana Lillian Martín al diario Milenio de México, “si hay magma, nacerá uno nuevo”, por lo que la actividad constante en la zona vaticinada haría que se refuerce la idea del nacimiento del nuevo volcán.
Estaría ubicado, entonces, justo al lado del volcán Xitle en la Sierra de Chichinautzin, que hace parte de la zona sur del collar montañoso que rodea a la capital del país centroamericano.
Serían entonces las condiciones tectónicas y las características de la actividad bajo tierra en ese punto del Campo Volcánico Chichinautzin las que se han venido estudiando por los investigadores de la Unam y las que facilitarían la aparición del nuevo ejemplar, un “escenario perfecto”.
Ante la posible mirada atemorizante de muchos mexicanos, el estudio también detalla que el nuevo volcán sería de tipo monogenético, es decir, de un tamaño más pequeño, con una erupción que ocurre en una única vez y con una vida más corta, contrario a lo que ocurre con los volcanes poligenéticos, más grandes, cuya existencia más prolongada y sus erupciones sí pueden generar catástrofes importantes.
Cabe mencionar que la información, ya difundida por algunos medios locales en el país ‘manito’, hizo que la Universidad Nacional Autónoma de México saliera a pronunciarse al respecto y dar una claridad principal.
En una publicación realizada a través de su cuenta oficial en Twitter, la Unam dejó claro que esto no es algo que vaya a ocurrir hoy, mañana, en los próximos días, meses o años. Realmente, aún faltan varias generaciones para que se haga notoria la premonición.
“Debido a la repetición de notas periodísticas en el sentido de que investigadores prevén el nacimiento de un volcán en Ciudad de México, la Unam aclara: esto podría ocurrir en 800 o 1.200 años”, sostiene el trino.
Disminuye el riesgo de erupción del volcán Nevado del Ruiz: declaran alerta amarilla
El Servicio Geológico Colombiano (SGC) informó que luego de 89 días en nivel de actividad naranja, el volcán Nevado del Ruiz ha retornado a un nivel de menor inestabilidad, lo cual permite cambiar su nivel de alerta a amarillo.
Esto quiere decir que, según las entidades competentes, existe una baja probabilidad de ocurrencia de una erupción de magnitud considerable.
Al respecto, John Makario Londoño, director técnico de Geoamenazas del SGC, explicó: “El Ruiz se encuentra como un paciente que lleva muchos días en una unidad de cuidados intensivos, que ha empezado a estabilizarse y que, por esa razón, es trasladado a una habitación con toda la precaución del caso.
No obstante, así como el paciente que ahora está en habitación puede empeorar y volver a la UCI, la actividad del volcán Nevado del Ruiz puede incrementar de manera importante y repentina, lo que aumentaría la probabilidad de que haga una erupción considerable y nos obligaría a volver a nivel naranja para prevenir al máximo los impactos de una eventual erupción. Estos fenómenos naturales no son predecibles y, por lo tanto, la clave está en mantenernos preparados y atentos a la evolución de la actividad del volcán”.