Familiares de los 44 tripulantes del submarino argentino ARA San Juan vivieron momentos de tensión por discrepar sobre si hay o no supervivientes al cumplirse trece días sin rastros del sumergible perdido en el mar Argentino, que es intensamente buscado con la cooperación de varios países.
El entredicho entre los propios familiares se registró dentro de la base naval de Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires), donde permanecen a la espera de alguna novedad del submarino, que se dirigía a ese puerto cuando se reportó por última vez, en la mañana del pasado día 15.
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El incidente se suscitó cuando Itatí Leguizamón, mujer de uno de los 44 tripulantes, fue agredida por familiares de otros marineros después de que ella diera por hecho en televisión que los submarinistas "están muertos".
"Se sintieron ofendidos porque yo estoy afirmando que están muertos, algo que a ellos les siguen alimentando que no, que están bien y vivos", expresó Itatí Leguizamón, esposa del radarista Germán Oscar Suárez, en declaraciones a la prensa.
La mujer relató que al intentar entrar en la base este lunes, para conocer las últimas novedades en el operativo de búsqueda, "varias personas" la insultaron, le dijeron que se fuera y hasta intentaron pegarle.
"Si ellos no lo quieren aceptar es su problema. Cada cual acepta lo que quiere", sostuvo la mujer sobre los otros familiares, quienes reciben ayuda psicológica y asistencia médica permanente dentro de la base.
Entre los familiares esperanzados con volver a tener a sus seres queridos de vuelta se encuentra Marta Vallejos, hermana de un sonarista del ARA San Juan, que cumplió este lunes su primer día de ayuno, una medida que pretende aplicar "hasta que aparezcan los tripulantes".
"La idea es difundir para que todo el país y el mundo se unan y que tengamos mucha fe y esperanza", señaló la hermana de Celso Oscar Vallejos, que especificó que no consumirá "nada sólido", sino que tomará "todo líquido", hasta "el día que los encuentren y los traigan de nuevo a casa".
La mujer aseguró estar "totalmente convencida" de que los 44 "no deben de estar pasando un buen momento" pero que "están bien".
En el reporte oficial de este lunes, ofrecido a la prensa en Buenos Aires, la Armada argentina señaló que "lamentablemente" aún no se ha podido dar con la ubicación del ARA San Juan, cuya última posición comunicada fue a unos 432 kilómetros de la costa patagónica argentina.
El portavoz de la Armada, Enrique Balbi, indicó que se realiza un barrido del fondo del mar en un área con un radio de 36 kilómetros, coincidente con la zona donde se registró una explosión el día en que desapareció el sumergible.
Precisó que están desplegadas catorce naves de diversas nacionalidades, seis de ellas realizando un "barrido lento" de la zona dentro del radio marcado por el registro de la explosión.
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En la zona también se encuentra un vehículo sumergible remoto de Estados Unidos, con capacidad para descender hasta los 900 metros de profundidad.
Estos buques, acompañados por tres aeronaves, participan en el operativo de búsqueda, del que participan más de 4.000 personas de Argentina y otros 13 países, entre ellos Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido.
Balbi indicó que en las próximas horas se unirá a al operativo un minisubmarino de Estados Unidos, que está siendo transportado por el buque noruego Sophie Siem y que puede descender hasta los 600 metros de profundidad, aunque el portavoz aclaró que ese medio es para rescate, una vez que se encuentre al ARA San Juan.
Asimismo, zarpará en breve un vehículo de "inspección subaqua", con capacidad de inspección ocular mediante cámaras de alta calidad y fotografía, que puede descender hasta los 300 metros.
Por otra parte, se espera que el 5 de diciembre llegue desde Rusia el barco de exploración científica Yantar, que cuenta con equipos de alta tecnología de inspección subacuática y capaz de operar en hasta 6.000 metros de profundidad.
Según confirmó Balbi, el ARA San Juan reportó en una comunicación a las 00:30 hora local (03:30 GMT) del día 15 el "ingreso de agua por el snorkel" que cayó, por el sistema de ventilación, sobre una batería y provocó un cortocircuito y un principio de incendio, con humo pero sin llamas.
Ese cortocircuito fue "subsanado", se aisló "eléctricamente la batería" y el submarino prosiguió en inmersión con su recorrido hacia la base en Mar del Plata propulsados por el circuito de popa, explicó Balbi.
Desde la Armada no quisieron descartar que los 44 submarinistas puedan encontrarse todavía en una situación de "supervivencia extrema", una posibilidad que mantiene en alto el espíritu de solidaridad de quienes se han lanzado al océano a la búsqueda del ARA San Juan.