En Estados Unidos sigue en aumento la tensión entre el gobierno de Donald Trump y los cientos de manifestantes que han salido a las calles a protestar por la muerte del afroamericano George Floyd, asesinado el pasado lunes por un policía que ya fue arrestado por las autoridades.
Las manifestaciones, que llevan ya una semana, han producido varios destrozos y violencia en las principales ciudades del país, que han tenido que aplicar el toque de queda para así dispersar las protestas.
Sin embargo, lejos de esto, los ciudadanos indignados han seguido saliendo a las calles a reclamar. El fin de semana, por ejemplo, el mismo presidente Trump tuvo que abandonar la Casa Blanca para refugiarse junto a su familia en un búnker por la cercanía de un centenar de personas que se encontraban protestando con pancartas y fuego.
Los gobiernos internacionales han respaldado las protestas, mientras que en Estados Unidos los miembros de los dos partidos tradicionales (Demócrata y Republicano) han hecho un llamado a la calma.
Sin embargo, Trump se ha salido de ese 'esquema' y ha avivado las tensiones pidiendo mano fuerte contra los manfestantes.
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"Lo que pasó en Washington el domingo es una deshonra absoluta", sostuvo el máximo mandatario estadounidense en referencia a los ataques contra la Casa Blanca, que incluso tuvo que apagar sus luces luego de más de 100 años.
"Estoy enviando miles y miles de soldados fuertemente armados para detener los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los ataques y la destrucción gratuita de la propiedad", sostuvo Trump.
Esto produjo que Joe Biden, el candidato demócrata a la presidencia, acusara a Trump de estar "lanzando el ejército contra los estadounidenses".
En el gobierno estadounidense genera preocupación el hecho de que las protestas puedan aumentar a causa de los resultados de la autopsia de Floyd que mandaron a realizar sus familiares, y en la que se concluye que George murió por "homicidio debido a una compresión en el cuello".
Estados Unidos vive días difíciles, no solo por la pandemia del Covid-19, que ya ha dejado más de 100.000 muertes, sino también por el soloroso asesinato de Floyd, que a su vez ha generado un caos que parece difícil de controlar.