Diversas figuras del Partido Demócrata, entre ellas el expresidente Barack Obama y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, fueron objeto en las últimas horas del envío de hasta cinco paquetes bomba, una acción que ha llevado al presidente de EE.UU., Donald Trump, a pedir hoy unidad.
La primera noticia sobre los hechos llegó desde Nueva York, donde Clinton recibió a última hora del martes un paquete sospechoso en su casa del condado de Westchester.
A continuación, el Servicio Secreto de EE.UU., que vela por la seguridad del presidente y de los exmandatarios, entre otras funciones, informó de que un segundo paquete enviado a la residencia en Washington de los Obama, Barack y Michelle, había sido interceptado.
Con el paso de las horas se fueron conociendo los nombres de más personas que habían recibido paquetes sospechosos, entre ellos el exdirector de la CIA John Brenan y el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, aunque este último fue una falsa alarma, según confirmaron las autoridades.
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El último en sumarse a la lista de afectados fue el exfiscal general Eric Holder, quien habría sido el destinatario de uno de los paquetes, que al no haber llegado a su destino fue devuelto al remitente que figuraba en el sobre: la congresista demócrata Debbie Wasserman Schultz.
El FBI corroboró posteriormente que todos los bultos sospechosos detectados incluían la dirección de la oficina en Florida de esta legisladora como remitente.
De acuerdo a medios de comunicación locales, que citaron a fuentes oficiales, todos esos dispositivos eran similares al que la policía halló y detonó el lunes en la residencia del multimillonario filántropo George Soros, en norte del estado de Nueva York.
La Casa Blanca emitió un comunicado en el que rechazó con vehemencia "estos actos terroríficos" y "despreciables".
"Condenamos los intentos de ataques violentos efectuados recientemente contra el presidente Obama, el presidente Clinton, la secretaria (de Estado) Clinton y otras figuras públicas", aseguró en la nota la portavoz presidencial, Sarah Sanders.
Aunque se desconocen las causas, el hecho de que los destinatarios de los paquetes fueran conocidos antagonistas de Trump llevó a varios líderes a solicitar unidad, cuando quedan dos semanas para las elecciones legislativas del 6 de noviembre.
Trump manifestó su repulsa por lo que consideró "atroces" intentos de ataque contra destacadas figuras demócratas e instó al país a "unirse" para rechazar los "actos o amenazas de violencia política".
"Tenemos que unirnos. Tenemos que unirnos y enviar el mensaje claro, rotundo, inconfundible de que los actos o amenazas de violencia política de cualquier tipo no tienen cabida en Estados Unidos", dijo Trump en una comparecencia pública en la Casa Blanca.
En un acto electoral del Partido Demócrata en Miami, una de las afectadas, Hillary Clinton denunció que EE.UU. vive "un tiempo de profundas divisiones" por lo que pidió a los ciudadanos hacer todo lo posible para "unir" al país.
Sin embargo, con el paso de las horas las diferencias entre ambos partidos volvieron a quedar en evidencia.
Primero fue el congresista republicano Steve Scalise, que resultó herido de gravedad el año pasado en un atentado contra varios legisladores conservadores, quien "como superviviente de un ataque de cariz político" condenó los sucesos en un comunicado, donde también reprochó a los demócratas que inciten a sus votantes "a la acción".
Por su parte, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y su homólogo en el Senado, Chuck Schumer, lamentaron que las palabras de Trump "sonarán vacías mientras no se retracte de sus declaraciones que justifican los actos de violencia".