Persiste el panorama de tensión en Europa por cuenta de la confrontación entre Rusia y Ucrania, pues luego de que un ataque ruso destruyera en los últimos días un edificio residencial en el centro de Ucrania, dejando seis muertos y decenas de heridos, en las últimas horas se conoció la denuncia por parte de la Fuerza Aérea de Ucrania sobre el lanzamiento de misiles hacia su país provenientes de Bielorrusia.
Según reportes de la activista ucraniana Olena Halushka, su país ha estado recientemente bajo un ataque masivo de misiles desde varias direcciones. Se dispararon, al parecer, misiles de crucero y balísticos desde diferentes regiones como los oblasts de Zhytomyr y Khmelnytsk, donde se escucharon explosiones.
“Los rusos dispararon una bomba guiada por planeo en el centro de transfusión de sangre en la comunidad de Kupyansk de la región de Kharkiv. Asesinaron e hirieron a gente allí”, publicó a través de su cuenta en X Halushka.
El ataque no es de menor importancia si se tiene en cuenta que Kharkiv es la segunda ciudad más grande de Ucrania después de Kiev, y es un centro económico, cultural y educativo significativo para ese país. Su historia se remonta a más de 360 años y actualmente tiene más de 1.5 millones de habitantes.
Informes preliminares de la prensa local también aseguran que se lanzaron Kalibrs, misiles de crucero, desde el Mar Negro. Estas armas son conocidas por su precisión y capacidad de ser lanzadas desde diferentes plataformas como buques de superficie, submarinos y aviones. Además, se utilizan para una variedad de misiones, incluyendo ataques de precisión contra objetivos terrestres y marítimos.
Bielorrusia, bajo la batuta de Aleksandr Lukashenko, es un fiel aliado del Kremlin, pero durante el conflicto con Ucrania ha jugado a dos bandas, pues aunque ha organizado negociaciones entre delegados de los países en disputa y apaciguó las aguas ante la eventual rebelión de los mercenarios de Wagner, su territorio al mismo tiempo ha estado al servicio del despliegue militar del gobierno de Vladimir Putin.
Sin embargo, esta no sería la primera vez que dentro del actual conflicto Rusia atenta contra Ucrania desde Bielorrusia. Por ejemplo, ya lo había hecho a finales de junio del año pasado cuando varios misiles fueron dirigidos hacia la región fronteriza de Chernígov, al noreste de Kiev.
“Hacia las 05:00, la región de Chernígov fue sometida a un bombardeo masivo de misiles. Veinte cohetes apuntaron contra el pueblo de Desna, lanzados desde territorio de Bielorrusia desde el aire”, publicó en Facebook el mando Norte de las tropas ucranianas.
Durante las operaciones seis aviones lanzaron 12 misiles desde Pietrykau, al sur de Bielorrrusia. “Los bombarderos despegaron del aeropuerto de Shaikovka, en la región de Kaluga (en el oeste) de Rusia (...) después, entraron en el espacio aéreo de Bielorrusia. Lanzaron los misiles y regresaron a Rusia”, aseguró la inteligencia ucraniana.
La más reciente ofensiva se produce en medio de otra situaciones que en los últimos días han tensionado mucho más el ambiente entre los dos países enfrentados, pues Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, expresó que “no se quedará sin respuesta” el reciente ataque ucraniano a un puerto petrolero de su país.
“No puede haber justificación para acciones tan bárbaras; no se quedarán sin respuesta; las personas que lo orquestaron inevitablemente serán castigadas”, declaró en su comunicado la funcionaria quien además pidió a la comunidad internacional sanciones contra Kiev ante el uso de supuestos “nuevos métodos terroristas”.
Aunque autoridades de transporte fluvial en Rusia reportaron que no hubo víctimas y que el barco no transportaba mercancía cuando fue atacado, desde Ucrania dijeron que algunos miembros de la tripulación sí resultaron heridos y que la embarcación contenía petróleo que sería usado por las fuerzas militares rusas.