Las afectaciones económicas por la guerra entre Ucrania y Rusia no cesan. Los agricultores de ese país expresaron su preocupación después de que Rusia saliera del acuerdo que permitía a Ucrania exportar granos por el mar Negro. La venta de su cosecha se ha vuelto una misión plagada de obstáculos y casi imposible de superar.
La decisión se tomó cuando desde Moscú se anunció que el pacto no se prolongaría más. Un trato clave que no solo es llave económica para la economía de Ucrania, sino que es clave para la alimentación mundial, concluido en julio de 2022.
Ante la escasa llegada de barco de carga a los puertos ucranianos, bloqueados por la guerra, Bylenko afirmó que comenzó a utilizar rutas alternativas para exportar. “Teníamos pocas ofertas de compra en Odesa”, dijo el agricultor, que transportó su cosecha hacia pequeños puertos fluviales.
La gravedad de ese problema es que Ucrania es uno de los mayores productores de granos del mundo y sus exportaciones contribuyen a alimentar varios países, sobre todo africanos, que temen ahora penurias.
Granos a precios muy bajos
El trigo, el maíz y el girasol que cultiva en la finca de 1.300 hectáreas de el agricultor Bylenko, en la que emplea a 35 personas, salen por la vecina Rumania. “Creo que durante los cinco meses restantes (del año en curso), eso no cambiará sustancialmente”, estimó.
Sin embargo, la ruta por Rumania es más cara y compleja que la del mar Negro. Los puertos fluviales están 200 km más lejos de su granja que el puerto de Odesa. “Nuestros beneficios han disminuido”, dijo el agricultor. Sin otras salidas, los cereales van a afluir ahora a Rumania, desplomando más los precios, aseguró.
En su almacenamiento tiene 400 toneladas de trigo. “Antes de la guerra el precio era de alrededor 270 dólares por tonelada, ahora los compradores nos ofrecen 120 dólares. Quisiéramos al menos 135″, detalló Bylenko.
Para mantener sus exportaciones de granos, Ucrania propuso patrullas conjuntas con otros países del mar Negro, pero Moscú y Kiev amenazaron con atacar los navíos que se acerquen a sus puertos.
Aunque la situación es difícil, por ahora es menos urgente que el verano pasado, cuando los agricultores no sabían si podrían vender su producción, dijo Bylenko.
Los cereales tienen un importante significado simbólico en Ucrania, un país con una fuerte tradición agrícola y en el que millones de personas murieron en 1932-1933 durante la Gran Hambruna impuesta por Stalin.
Ventas que generan pérdidas
Liudmyla Martyniuk, directora de la empresa de alimentos Kivсhovata Agro, dijo que compañía cuenta con más de 30 millones de hectáreas de tierra cultivable en Ucrania, “es muy importante para nosotros tener acceso a los mercados de Europa, Asia y África”.
Le preocupa también el posible impacto de esta crisis en los países africanos. “No podemos permitir una nueva hambruna en África”, sostuvo.
Kivсhovata Agro es una empresa que cultiva trigo, maíz, girasol y sorgo, con el apoyo de inversionistas japoneses. “La cosecha se venderá a precios del mercado interno, mucho más bajo”, lamentó.
Frente al cierre del puerto marítimo de Odesa, su compañía depende también de los puertos fluviales para poder exportar. “No tenemos otra solución”, dijo.