Su nombre es Helena Molchanova y es una de las cinco profesionales médicas que actualmente atienden a las cerca de 8,000 personas que todavía residen en la ciudad de Bajmut, situada en el este de Ucrania.
Helena atiende a los pacientes en un centro médico de la ciudad, ahí, entrega medicamentos, cura heridas y entrega certificados de defunción. Algunas personas arriban al sitio buscando un poco de calor, al pie de una estufa de leña que la doctora prepara todos los días para combatir el frío.
Bajmut ha sido una de las ciudades más afectadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, que comenzó el 24 de febrero del 2022.
En días recientes las tropas al mando del presidente ruso Vladimir Putin han intensificado los ataques contra la ciudad de Bajmut y Soledar, pues el ejército ucraniano se ha mantenido firme en esta zona, a donde además llegan miles de refugiados de otras regiones del país.
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Antes de la invasión de Rusia a Ucrania, Molchanova trabajaba en un hospital bien iluminado rodeada de los mejores profesionales médicos de la ciudad. Hoy, el edificio apenas se mantiene en pie, mientras tanto, la doctora resiste con las pocas medicinas que quedan y con el miedo constante a los bombardeos. A pesar de todo, no piensa marcharse.
“Cuando me matriculé en la facultad de Medicina hice el juramento hipocrático y no puedo abandonar a esta gente”, explicó Molchanova en diálogo con AFP.
Por el momento, Helena, su esposo y los visitantes del centro hospitalario sobreviven gracias a los suministros que llegan desde el Ministerio de Sanidad y organizaciones sin fines de lucro.