Por Esteban Rojas/AFP
La prohibición de un vuelo en el que exgobernantes latinoamericanos iban a viajar de Panamá a Venezuela para ser observadores electorales y la deportación de otros veedores aumentaron este viernes, 26 de julio, la tensión antes de las presidenciales del fin de semana, en las que Nicolás Maduro busca un tercer mandato.
Maduro, de 61 años y en el poder desde 2013, tiene como principal rival al diplomático Edmundo González Urrutia, de 74, postulado por la alianza opositora Plataforma Unitaria ante la inhabilitación política de su candidata original, María Corina Machado, y otros dirigentes.
Autoridades venezolanas impidieron el despegue desde el aeropuerto panameño de Tocumen de un vuelo de Copa Airlines que tenía entre sus pasajeros a los exmandatarios, denunció este viernes el presidente de Panamá, José Raúl Mulino.
Se trata de los exgobernantes Mireya Moscoso (Panamá), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Jorge Quiroga (Bolivia) y Vicente Fox (México), miembros de la derechista Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo IDEA) y fuertes críticos de Maduro.
Fox, en tanto, lo consideró una “mala señal”.
El miércoles, el poderoso líder chavista Diosdado Cabello adelantó que se les impediría la entrada.
“Si usted no está invitado a una fiesta, ¿qué le dicen? (...), le dicen: ‘por favor, tenga la amabilidad, y se retira’ (...). No están invitados, son showseros”, dijo Cabello en su programa en la televisión estatal. “Acá no van a venir a joder”, agregó.
Diez congresistas y eurodiputados del Partido Popular (PP) español, así como una parlamentaria de Colombia y otra de Ecuador, denunciaron después su deportación a su llegada al aeropuerto de Maiquetía, que sirve a Caracas.
“Nos expulsan (...). Lamentablemente la policía de Maduro es implacable”, dijo en la red social X el portavoz parlamentario del derechista PP, Miguel Tellado.
Consultado sobre el caso de los expresidentes del Grupo IDEA, un funcionario de Estados Unidos que pidió anonimato solicitó al gobierno venezolano “reconsiderar esta decisión y permitir una mayor presencia internacional”.
Estos incidentes se suman a las alarmas que despertó en la región una advertencia de Maduro sobre “un baño de sangre” si ganase la oposición, palabras por las cuales los presidentes de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, expresaron preocupación.
- “Todo listo” -
Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de los gobiernos de América Latina desconocieron la reelección de Maduro en 2018 en elecciones boicoteadas por la oposición, que las calificó como un fraude.
“Tenemos todo listo”, dijo este viernes el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, en un acto en Caracas con veedores internacionales que sí fueron invitados.
El proceso de instalación de las más de 30.000 mesas de votación se puso en marcha en horas de la mañana, marcado por denuncias de activistas opositores sobre retrasos. Sin embargo, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, defendió el despliegue del Plan República, el operativo de seguridad para custodiar los comicios.
González Urrutia pidió a esa institución “respetar y hacer respetar” los resultados en las urnas.
Machado informó que conversó con los presidentes de Argentina, Javier Milei; Paraguay, Santiago Peña; y Uruguay, Luis Lacalle Pou. Les agradeció en X “su solidaridad y respaldo” en la “lucha por la democracia”.
“Siempre estaremos junto al pueblo venezolano”, le respondió Milei.
- Detenciones masivas -
La ONG de derechos humanos Foro Penal denunció también este viernes que 135 personas vinculadas con la campaña del opositor González Urrutia han sido arrestadas, de las cuales 47 permanecen detenidas.
“Desde enero hasta acá se han producido 149 arrestos arbitrarios por motivos políticos (...) y 135 están directamente vinculados con lo que fue la gira nacional y la campaña ya propiamente dicha de María Corina Machado con Edmundo González Urrutia”, dijo a la AFP su director, Gonzalo Himiob.
Hay 10 candidatos en este proceso electoral al que están llamados a participar 21 millones de los 30 millones de venezolanos. Las encuestas favorecen a González Urrutia, pero el chavismo las desestima y acusa a sus adversarios de planear desconocer los resultados y generar violencia.