Varios manifestantes y gendarmes resultaron heridos el sábado en enfrentamientos durante una protesta en el centro-oeste de Francia contra los embalses de riego usados por el agronegocio, en un país ya convulsionado por las manifestaciones contra la reforma de las jubilaciones.
La concentración, que no había sido autorizada, movilizó a 6.000 personas, según las autoridades, y unas 25.000, de acuerdo con los organizadores, en el municipio de Sainte-Soline, a unos 400 km al suroeste de París.
Las fuerzas de seguridad desplegaron a unos 3.200 hombres, el doble que en una protesta en octubre en el mismo lugar.
Según las autoridades, entre los manifestantes había "al menos un millar" de activistas violentos, algunos procedentes del extranjero, probablemente de Italia.
"El objetivo es acercarse y rodear el embalse para detener la obra", dijo a la AFP un miembro del grupo Soulèvements de la Terre (Levantamientos de la Tierra), al principio de la marcha.
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A media jornada, cerca de las obras, estallaron choques entre activistas radicales que usaron petardos y cócteles Molotov, según la gendarmería, que replicó con gases lacrimógenos y cañones de agua.
Según un primer balance oficial, los altercados dejaron numerosos heridos en ambos bandos.
"Entre los manifestantes tratados por los equipos médicos hay dos heridos graves, uno de ellos con traumatismo craneal", según las autoridades.
Entre los gendarmes hay 16 heridos, seis de los cuales fueron hospitalizados en tanto que otro, con graves lesiones, fue evacuado por helicóptero, precisó la misma fuente.
Una diputada del partido de izquierda LFI, Manon Meunier, indicó a la AFP que dos heridos tienen el pronóstico vital comprometido, pero esa información no ha sido confirmada por las autoridades.
"Yo vi al menos a 30 personas heridas y hay más. Algunos habían perdido el conocimiento y a otros les sangraba la cabeza", dijo poco antes Claire Auger, una maestra, que les prestó auxilio.
La mayoría de los participantes en la marcha, no obstante, se manifestó pacíficamente.
Los embalses agrícolas almacenan el agua extraída de las capas freáticas durante la estación lluviosa y la conservan al aire libre para fines de irrigación en caso de sequía o restricciones del consumo de agua.
Según sus defensores, son indispensables para regar los campos ante el calentamiento climático pero, para sus detractores, sirven para que la agroindustria acapare el agua, en detrimento de los pequeños productores.
La construcción del embalse de Sainte-Soline tiene un costo de 70 millones de euros (75 millones dólares), financiados a un 70% por fondos públicos con la condición de que se utilicen métodos agroecológicos.
"Violencia por todas partes"
"En Sainte-Soline, la ultraizquierda y la extrema izquierda son de una extrema violencia contra nuestros gendarmes", tuiteó el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
En Francia, el término "ultraizquierda" designa a corrientes contrarias a las formas tradicionales de organización partidaria o sindical.
Desde hace más de dos meses, Francia está inmersa en una ola de protestas masivas contra la reforma de las pensiones impulsada por el presidente liberal Emmanuel Macron.
En la ultima semana, después de que Macron impusiera por decreto esa reforma que eleva la edad mínima de la jubilación de 62 a 64 años, las marchas se han radicalizado, con choques y centenas de detenidos en decenas de ciudades.
La tensión obligó a anular una visita del rey Carlos III del Reino Unido.
"No tengo ningún problema con este tipo de violencia, aunque yo no forme parte de ella. Ahora hay violencia por todas partes, empezando por esta reforma de las pensiones (...) Entiendo que la gente tenga rabia", declaró a la AFP uno de los manifestantes en Sainte-Soline, procedente del norte de Francia.
"Mientras el país se alza para defender las pensiones, nosotros iremos en paralelo a defender el agua", dijeron los organizadores ecologistas de la marcha.