Visiblemente cansado, así se vio el papa Franciso en la mañana de este 24 de marzo en la celebración de la misa del Domingo de Ramos. El Sumo Pontífice no leyó la homilía que había preparado para celebración eucarística que reunió a más de 25.000 fieles en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Tras la lectura del Evangelio, se produjo un prolongado silencio que sorprendió a todos los presentes. El Papa pasó directamente al rezo del credo y en su voz se reflejaba el cansancio. Según fuentes del Vaticano, la decisión del Papa de omitir la homilía, se debió a su deseo de permitir un tiempo de reflexión personal.
Lo ocurrido hoy en una celebración tan significativa, es el reflejo de los problemas de salud que ha enfrentado el papa Francisco en las últimas semanas. Es de recordar que a comienzos de marzo, una gripe lo afectó, impidiéndole leer en varias ocasiones debido a su fatiga al enfrentar discursos extensos.
Pero esta no es la primera vez que el Papa evita leer textos preparados. El pasado miércoles, durante la audiencia general, el Sumo Pontífice no leyó la catequesis que había preparado, por lo que un colaborador tuvo que tomar su lugar. “Todavía no puedo”, dijo Francisco haciendo referencia a sus problemas respiratorios.
La Plaza de San Pedro se vistió de fiesta
Pese a la omisión de la homilía, el papa Francisco sí llevó a cabo el rezo semanal del Ángelus, e hizo sus habituales llamamientos y mensajes.
Los miles de asistentes llevaron ramas de olivo y palmas, con las que habían participado de la procesión antes de la misa recordando la entrada triunfal en Jerusalén de Jesús de Nazaret.
Antes de la misa, tuvo lugar la procesión, que primero se dirigió al obelisco central de la plaza de San Pedro, donde fueron bendecidas las palmas en uno de los ritos más antiguos del catolicismo, que data del siglo XII.
Mensaje del Papa
En la misa del Domingo de Ramos, el papa Francisco rezó por las víctimas del atentado en Moscú que dejó al menos 133 muertos, diciendo que ese fue un “ataque cobarde”.
“Rezo por las víctimas del cobarde ataque de la otra noche en Moscú”, dijo el Papa argentino de 87 años de edad, quien además rogó a Dios que brinde consuelo a las familias.
En medio del discurso, Francisco mostró que tiene una salud frágil, habló con una voz débil y entrecortada, aunque parecía de buen humor y sonriente.