El conflicto israelí-palestino venía presumiendo en los últimos días una desescalada de los ataques bélicos como producto de un acuerdo. Sin embargo, ni este pudo detener el impulso de los bombardeos.

La tregua fue alcanzada gracias a la mediación de Egipto e iba entrar en vigor desde las 19 horas (GMT) e incluía el compromiso de “dejar de atacar a civiles y casas”, pero dos horas después ya Israel reanudó las hostilidades.

“El Ejército está en estos momentos atacando la Franja de Gaza”, confirmó en un breve comunicado un portavoz militar.

Un hombre retira de los escombros ropa de bebé manchada de sangre, tras un bombardeo israelí en la zona. (Photo by SAID KHATIB / AFP) | Foto: AFP or licensors

Pero, según se conoció, estos ataques se habrían debido a dos cohetes que habrían lanzado las milicias palestinas justo después de la hora límite del alto al fuego, por lo que, técnicamente, ambos habrían violado el acuerdo.

Era de esperarse que el cese no fuera respetado como se debía, ya que justo momentos antes de que fueran las 19:00 GMT una ráfaga de cohetes era lanzada desde la Franja de Gaza, hecho sobre el cual hubo respuesta desde Israel, con nuevos bombardeos casi que de forma inmediata.

“Como respuesta a los cohetes, la aviación israelí atacó cinco lanzacohetes ocultos y un puesto militar utilizado como instalaciones de entrenamiento de la organización terrorista YIP”, reveló un portavoz del ejército israelí sobre el último bombardeo previo a la tregua.

Estos hechos representarían el mayor brote de violencia entre ambas partes desde agosto de 2022 y se originaron este martes con ataques israelíes contra la Yihad Islámica, un grupo considerado como “organización terrorista” por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos.

Aun así, no hay que desestimar la posibilidad de un cese al fuego, por lo menos durante esta noche, debido a que ambos bandos en el conflicto han asegurado estar dispuestos a detener los ataques.

Muhamed al Hindi, un alto líder de la Yihad Islámica Palestina (YIP) que estaba en El Cairo, expresó que su organización “respetará el acuerdo de alto el fuego mientras el enemigo israelí se adhiera a él”.

Una imagen muestra un edificio que alberga el apartamento (piso superior) de un líder militar de la Yihad Islámica, que fue destruido por un ataque aéreo israelí en Khan Yunis, a primeras horas del 11 de mayo de 2023. | Foto: AFP or licensors

Por su parte, Tzachi Hanegbi, asesor de Seguridad Nacional de Israel, aseguró que su país también ve con buenos ojos el cese, que, de hecho, fue aceptado, pero fue claro en enfatizar que “seguirá haciendo lo que sea necesario para defenderse”, si recibe nuevos ataques.

Si se retoma el cese, las medidas se extenderán hasta el próximo lunes en la tarde. Entre estas se encuentran la restricción para movilizarse y la imposibilidad de reuniones israelíes que viven en la zona de los 40 kilómetros alrededor de la Franja.

Los rumores del alto el fuego venían reproduciéndose desde hace varios días, pero este se ha visto atenuado debido a que las negociaciones se han tornado “muy difíciles”, según las mismas partes. Al parecer, la milicia israelí se oponía a detener los asesinatos de altos mandos de la YIP, ya van seis.

De hecho, un total de 33 gazatíes han muerto en la Franja y 147 resultaron heridos, según el último recuento del Ministerio de Sanidad del enclave.

Desde el martes, el Ejército ha atacado 371 objetivos de la YIP -incluyendo domicilios de sus miembros e instalaciones militares-, mientras que el grupo islamista ha disparado 1234 proyectiles desde la Franja, la mayoría de los cuales cayeron en terreno despoblado o fueron interceptados por el sistema antiaéreo. Por el lado israelí hubo dos muertes.

Cabe resaltar que las autoridades aún no han anunciado cuando reabrirán la frontera con Gaza, algo vital para reabastecer servicios básicos en el empobrecido enclave.

El único generador eléctrico de la Franja, donde viven 2,5 millones de habitantes, estaba a punto de quedarse sin combustible, los hospitales no daban abasto y uno de ellos sufrió graves daños.

Un joven palestino sostiene una granada de gas lacrimógeno lanzada por miembros del ejército israelí, ayudándose de una bandera de Palestina, cerca de la frontera de Gaza con Israel, durante los enfrentamientos.