Los hermanos mexicanos nos inspiran con la celebración de lo que llaman “día de los muertos” y enseñan a ver la muerte de mejor manera.

Los llaman “muertos”, pero creen que viven, y así es porque solo muere el cuerpo. Ven la muerte o la Katrina juguetona y no horrible.

Hoy y mañana tienen un altar festivo con fotos, flores amarillas, comida, y celebran sin los dramas tan comunes en la cultura latina.

Comen lo que llaman pan de muerto y calaveritas de azúcar, celebran acaso con tristeza, pero es una fiesta.

La muerte no es el fin, es un paso entre vidas y nadie está muerto. Los que trascienden se manifiestan recién partidos.

Lo hacen con mariposas, libélulas, pajaritos, plumas, su perfume o su energía, También en sueños, casi siempre con trajes blancos y luz.

Es común que se comuniquen con los niños y también con quien tiene el don de ser médium. Nadie está muerto.

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@gonzalogallog