La franqueza de figuras públicas que han hablado abiertamente de lo que ha sido vivir con depresión, está derribando poderosos estigmas. La desinformación suele ser promovida por las legiones de escépticos que niegan la existencia de la depresión, y otros trastornos mentales, a pesar de afectar a la tercera parte de la humanidad.
Así como se escuchan, cada vez con más claridad, revelaciones públicas sobre secretos otrora inconfesables como las situaciones de abuso, hoy muchas personas están hablando abiertamente de su depresión con lo cual han dado el primer paso para salir de su cautiverio. Escuchar a otros hablar sobre el tema está ayudando a muchísimas personas a liberarse del mayor depredador emocional, la depresión.
Celebridades de todos los ámbitos que han sufrido severos cuadros depresivos, han compartido generosamente sus experiencias. Unos pocos ejemplos sirven de ilustración. J.K.Rowling (Harry Potter), Piedad Bonnett (La Mujer Incierta),William Styron (Esa Visible Oscuridad), Lady Gaga, Demi Lovato, J. Balvin y Fanny Lu (cantantes), Jim Carrey (comediante), Chris Evans (Capitán América), entre miles más, se han unido a muchos deportistas en esta gesta humanitaria. Andrés Iniesta, Kei Nishikori, Serena Williams, Naomi Osaka y Michael Phelps, atletas de alto rendimiento lo confirman. Tomo el ejemplo de los dos últimos, por haber sido extraordinariamente exitosos y contundentes en sus relatos personales.
Naomi Osaka, la joven tenista japonesa, ex #1 del mundo, ha hablado abiertamente sobre su depresión que comenzó después de su primera victoria en el US Open de 2018 cuando derrotó a Serena Williams. Un logro monumental en su carrera que la llevó a convertirse en una superestrella. Abrumada, entre otras razones, por la presión mediática, las críticas y las expectativas del público, inició un cuadro depresivo que la desequilibró emocionalmente durante varios años. La depresión la marginó primero del Roland Garros en el 2021 y después de Wimbledon. Durante los Juegos Olímpicos de Tokio en el 2021, Osaka fue la encargada de encender el pebetero Olímpico, pero no pudo avanzar en el torneo y tuvo que retirarse visiblemente afectada. Confesó que se sentía vulnerable y agotada. Su valentía al compartir su lucha ha alentado a otros atletas como Simone Biles a hablar sobre sus propias tragedias emocionales.
Michael Phelps, el nadador estadounidense más condecorado de la historia, con 28 medallas, ha hablado de sus depresiones y de los pensamientos suicidas que lo afectaron, especialmente después de haber ganado los Juegos Olímpicos en el 2012. Y destacó la importancia del tratamiento y el apoyo de la familia y los allegados para salir de su depresión.
Estas historias subrayan la importancia de salir del silencio que suele acompañar la depresión, como el paso indispensable para iniciar el proceso del fortalecimiento personal.
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