Leyendo el libro de Peter Watson, Ideas, 2019, queda claro que el desarrollo intelectual del ser humano se ha basado en todas partes en espontáneamente agregar nuevas ideas, las que puede que más adelante terminen reemplazando lo que hasta ese momento se había elaborado con ellas. Tal es el caso de las lenguas, las costumbres, los usos, los oficios, los saberes, las creencias, los rituales, las políticas, las armas, las guerras, la literatura, la música, los bailes, las artes, la arquitectura, las ciudades, las profesiones, las matemáticas, y las ciencias, las que precisamente se basan en hipótesis falseables, como señaló Karl Popper, válidas hasta que nuevos datos las precisen o reemplacen.

Agregar edificios y no reemplazar los existentes es lo que en Cali no se entendió para ‘modernizar’ la ciudad con motivo de los VII Juegos Panamericanos de 1971; se demolieron no pocos, algunos de los cuales no se reemplazaron y quedaron sus lotes sin uso hasta hoy. Tampoco lo entendieron los promotores de un hotel en el colegio de la Sagrada Familia, y en lugar de remodelarlo y ampliarlo, demolieron buena parte para levantar una torre, que por no cumplir con las normas vigentes, se quedó en un feo esqueleto metálico en espera de que las Autoridades cumplan con la ley y lo desmonten; y por supuesto el hotel aprobado inicialmente podría estar en funcionamiento hace años.

Tampoco lo entendieron los que piensan que el tren de cercanías reemplazaría a la autopista urbana entre Yumbo y Jamundí, ya propuesta, en lugar de que sencillamente había que agregarlo independientemente de que esta se ejecutara o no, pero no interfiriendo con ella si se hiciera después, junto con la continuación del par vial de las Cls. 25 y 26, con amplios andenes arborizados y sendas ciclovías, pórticos en los primeros pisos de los nuevos edificios, y la alameda más larga del mundo y con generadores eólicos, como está pensado en la propuesta de ‘Los ejes urbano-regionales de Cali’ realizada por un grupo de profesionales, y de la que ya se ha hablado en esta columna.

Por su parte, el tren de cercanías no debe pensarse para reemplazar al MÍO, sino agregársele, constituyendo la línea principal norte-sur de un sistema multimodal e integrado de transporte público, al que se agregaría una línea paralela de trolebuses por la Cl. 5, continuada hacia el norte por la Av. 6N y desde el norte por la Av. 8N, ampliando el actual puente sobre el río Cali para dejarlo de doble sentido, junto a varias líneas transversales, oeste este, por las principales avenidas en dicho sentido, alimentadas por los buses articulados del MÍO, y estos a su vez alimentados por buses comunes; y dotando a todo el sistema con terminales de taxis y bicicletas en las paradas principales.

Y agregarle muchos andenes amplios, llanos y arborizados, pues todos los usuarios del transporte motorizado, tanto público como privado, llegan y salen del mismo caminando; y hacer estacionamientos públicos para que los carros no lo hagan en las calles o trepándose a los andenes, y obligar a que todos los nuevos edificios cuenten con suficientes estacionamientos, lo mismo que los nuevos centros comerciales o supermercados y similares, tanto grandes como pequeños, alrededor de los cuales se consolidarían las centralidades de ciudades dentro de la ciudad, a base de supermanzanas de tránsito local, a las que se pueda llegar en bicicleta, agregando ciclovías, o caminando.