Con ayuda de inteligencia artificial, psicólogos y una bruja con la carta astral, logramos anticiparnos a una parte del discurso del presidente Petro en la COP16:
Señores presidentes, ministros y delegaciones que asisten al más portentoso evento sobre la biodiversidad de todo el planeta:
Para mí, como único presidente constitucional de Colombia, con aves hasta en el escudo, es un gusto darles la bienvenida. ¿En qué otro lugar podría ser este evento, si no en Colombia, potencia de la vida? Ustedes no son los únicos visitantes extranjeros que disfrutan de nuestro paraíso. Todos los años, miles de especies vivientes surcan la geografía para llegar a nuestro país, capital mundial de las especies migratorias.
No me referiré a los colombianos que emigran, esos son los ‘riquitos’ que se asustan con un catarro de este mandatario que proviene del mundo de las dificultades, pero las ha superado. Huyan Monitos, acaben su capital afuera que Colombia está llena de oportunidades para los migrantes y para el pueblo, empobrecido pero feliz.
Cada año, miles de ballenas jorobadas recorren 8.500 kilómetros para venir desde la Antártida y del extremo sur de la Argentina a aparearse en las cálidas aguas del Pacífico colombiano. La verdad es que ellas huyen es de Milei y de su gobierno reaccionario y gélido. Investigaciones recientes me indican que jamás estas ballenas habían saltado tanto y con tanta emoción como en el gobierno Petro, al punto que le he ordenado a la Universidad Nacional que evalúe la posibilidad de convertir en energía generadora de luz y de wifi para las comunidades de nuestro litoral, los 150.000 Hz de frecuencia de los sonidos que ellas emiten, más el impacto de cada salto al caer al mar y el chorro que disparan en cada salida a la superficie. Le informo al mundo que si logramos canalizar esa energía, no solo estaremos salvando las perseguidas ballenas, sino que estaremos reemplazando la exploración de combustibles fósiles.
Además de ustedes y los cetáceos, también nos visitan parvadas de aves como los patos del Canadá, que huyen del capitalismo, sobrevuelan con desprecio el cielo yanqui, para aterrizar a alimentarse y disfrutar del Valle del Cauca, generoso y fértil. Con cuanta alegría vi la llegada de Juan Salvador Gaviota, esa ave que huye del país de Bukele buscando la nación de la libertad y que me evoca una de las obras más profundas de mi juventud.
En mi gobierno, también los lepidópteros abundan; millares de mariposas y mariposos invaden la casa de Nariño con colores pastel, dando el tono rosa que los tiempos primaverales exigen. Quiero agradecer a la comunidad científica internacional que una de esas especies se denomine Marposia Petreus. La oligarquía dice que esa mariposa fue identificada por Cramer el 1778, pero es la envidia de no aceptar que los desposeídos podemos contar con variedades animales en nuestro honor.
También me ha dado gusto recibir la migración de tortugas marinas. En mi gobierno, ellas se sienten en su hábitat, pues esa lentitud es la de las obras, el manejo del presupuesto y la solución a los problemas. Vamos lento, pero seguro.
La lista sería infinita. Migraciones de mamíferos marinos, murciélagos, insectos y muchos más. Con Panamá cada vez hay más intercambio de especies exóticas, especialmente para satisfacer estímulos sexuales, pero fortunosamente sin replicar nuestra huella genética. Bienvenidos al país del respeto por la biodiversidad. Al país donde el caballo está dejando de ser el símbolo de poder de conquistadores y poderosos; allá en mi región ustedes podrán ver el amor que sentimos por los equinos de baja alzada, burras les llaman, pero es mejor que se queden y se los explico en detalle. Corran el riesgo de quedarse para siempre en Colombia, potencia de la vida.