El próximo domingo, 24 de noviembre, en los municipios de Cali, Palmira, Candelaria, Jamundí y Dagua en el departamento del Valle del Cauca y en Puerto Tejada y Villarrica en el del Cauca se realizará la consulta ciudadana organizada por la Registraduría Nacional del Estado Civil con el fin de que las personas mayores de 18 años que vivimos en algunos de esos municipios votemos si estamos o no de acuerdo en que se constituyan en un área metropolitana.
¿Es importante que salgamos a votar? ¡En mi opinión por el sí! Esta votación nos permitirá crear el Área Metropolitana del Suroccidente.
La creación de áreas metropolitanas puede aportar beneficios significativos para los municipios que se asocian, especialmente en términos de ordenamiento territorial, infraestructura y servicios públicos. Sin embargo, estas ventajas dependen de la coordinación entre los municipios, la fortaleza administrativa y el respaldo financiero.
Las áreas metropolitanas en Colombia están reguladas principalmente por la Constitución Nacional de 1991 y por la Ley 1625 de 2013, que establece el régimen jurídico de las mismas y detalla su funcionamiento, competencias y mecanismos de creación y disolución.
En el país tenemos ya dos Áreas Metropolitanas exitosas, la del Valle de Aburrá (Antioquia) y la de Bucaramanga (Santander). Los municipios del Valle de Aburrá, gracias a la integración, han logrado desarrollar proyectos de transporte integrado, gestión ambiental conjunta y coordinación en el desarrollo urbano, mejorando significativamente la calidad de vida y la competitividad de la región. Este es el ejemplo más exitoso de área metropolitana en Colombia.
La integración en Bucaramanga y sus municipios vecinos ha permitido mejoras notables en el sistema de transporte público, gestión de residuos y control del crecimiento urbano, lo que ha facilitado la expansión controlada y el ordenamiento territorial, impulsando el desarrollo económico de la región.
De otro lado, casos poco exitosos hasta el momento, son el Área Metropolitana de Cúcuta (Norte de Santander) y la de Pasto (Nariño), fundamentalmente por fallas en la coordinación e integración.
En el caso de la de Cúcuta no ha tenido los resultados esperados, en parte debido a limitaciones en la gestión administrativa, problemas de financiación y falta de coordinación intermunicipal. Los conflictos de intereses y la crisis económica en la frontera con Venezuela también han afectado la efectividad de esta área metropolitana.
La de Pasto, a pesar de los esfuerzos iniciales, la falta de recursos financieros y los conflictos entre los municipios han limitado su operatividad. La escasa financiación y una estructura administrativa débil impiden la consolidación de proyectos conjuntos, lo que genera limitados beneficios para los municipios asociados.
Como en lo personal soy un convencido de las ventajas de la asociación, colaboración y solidaridad a todo nivel, mi recomendación es que el día 24 de noviembre, salgamos a votar desde muy temprano por el SÍ para la constitución del Área Metropolitana del Sur Occidente.
A los alcaldes de esos municipios pedirles que una vez constituida no escatimen esfuerzos para su buen funcionamiento; procuren la adhesión e integración de los municipios de Yumbo y La Cumbre en el departamento del Valle del Cauca y de Santander de Quilichao en el Cauca y conformen, con participación de todos los municipios, una Junta Cívica que se convierta en una verdadera autoridad moral y ética a favor de la importancia y necesidad de la existencia del Área Metropolitana del Suroccidente.