Un refugio es una cueva natural para ser habitados por un animal, mientras que vivienda ya es un lugar cerrado y cubierto, y por lo tanto construida por el ser humano; pero este no solo es un animal, sino que a veces lo es tanto que, tratándose de su propio hogar, vuelve su casa una cueva. En conclusión, una vivienda es ese lugar en el que un grupo de personas emparentadas viven juntas; o que la habitan o moran, dependiendo esto de qué tan bien lo hagan; y es algo muy diferente si se trata de una casa (que puede ser una mansión de verdad y no para presumir) o de un apartamento, aunque no son pocas las casas que parecen apartamentos, pero pocos los apartamentos que parecen casas.
Casi todas las personas saben que una casa es una construcción de sólo uno o dos pisos, o hasta de tres, destinada a una vivienda unifamiliar; aunque no sobra recordar que antes las casas solariegas, las pertenecientes a un solar y un linaje, lo eran para familias extensas que incluían desde los abuelos hasta los nietos y en vacaciones a parientes y amigos. Pero ahora las jóvenes parejas sin o con pocos hijos, prefieren los apartamentos para residir en las ciudades en las que viven, los que son más económicos para arrendarlos o comprarlos, y más fácil de mantenerlos; y lo mismo los padres cuando sus hijos ya grandes se van de casa a hacer su vida aparte y los dejan solos y la venden.
Por su parte, un apartamento (‘An apartament is a set of rooms for living in, including a kitchen, usually on one floor of a building’) es también una vivienda unifamiliar, pequeña o grande, que generalmente es de un solo piso, y son llamados simplex; o a veces son de dos, los llamados dúplex; e incluso los hay tríplex. Pero cuando se apilan idénticos uno encima del otro en sosos edificios de muchos pisos, igualmente idénticos, son como idénticas cajas de zapatos idénticas, como se los ha llamado, y peor cuando no hay ciudad abajo (almacenes, bares, cafeterías, restaurantes), sino sólo feos y oscuros estacionamientos, y ya es como habitar en un avión quieto y que no llega a ninguna parte.
Pero lamentablemente, debido a la muy rápida vulgarización de la arquitectura moderna desde mediados del Siglo XX y por todas partes, ya muchas casas no son buenas casas, y apenas muy pocas pueden llegar a ser entrañables moradas, es decir viviendas funcionales, agradables y sobre todo emocionantes, no necesariamente suntuosas, ni grandes ni costosas; pero un apartamento, por más grande y caro que sea, difícilmente podrá llegar a ser una verdadera mansión. Considerando que las casas como los apartamentos son habitados por personas, esto amerita pensarlas como bellas y emocionantes moradas y no apenas como viviendas, y que por supuesto todas son de interés social.
Para concluir, las casas de fin de semana son viviendas de recreo aisladas en el campo, herederas de las villas a las que los poderosos y ricos patricios de la antigua Roma se escapaban de las ciudades buscando paz, disfrute y descanso, al punto de que aquellas no pueden entenderse sin estas, (James S. Ackerman: La villa, Forma e ideología de las casas de campo, 1990). Una buena vivienda, debe ser una casa con algo de villa y de campo, y no sólo algo de mansión, y desde luego algo de esplendor (lo que un apartamento solo puede tenerlo, parcialmente, si es dúplex y con varias terrazas alrededor) y ser segura ante temblores, huracanes, inundaciones, derrumbes, incendios y delincuentes.