Zeidy Riveros Velasco, una joven bibliotecaria, promotora de lectura, apasionada, líder de los proyectos de Espacios no Convencionales de la Red de Bibliotecas Públicas y directora ejecutiva de la Biblioteca Popular Itinerante BiblioGhetto, fue la encargada de compilar el libro Jóvenes Narrando el Territorio.
Libro que salió a la luz en septiembre del año pasado. Un libro que no se parece a ningún libro. Un libro que revoluciona el alma porque nos revela testimonios e historias de jóvenes de estratos vulnerables y olvidados, con infancias difíciles, habitantes de sectores arrasados por la violencia, las pandillas, la droga… cuyo futuro parecía ser el NO futuro y quedar encadenados y condenados a jamás salir del círculo vicioso de la pobreza, el analfabetismo y la violencia.
BIblioGhetto nace hace más de diez años. Un joven del barrio Petecuy, que heredó de su mamá el gusto por la lectura, se preguntó un día “qué se podía hacer para evitar que los niños se vincularan a las pandillas...” (Paola Andrea Gómez, El País), y tuvieran otra alterativa que no fueran las balaceras diarias y el consumo de drogas. Y en medio de los territorios prohibidos, decidió sacar libros y reunir grupitos para leerles en voz alta relatos y cuentos de la mano de su esposa Zeidy Riveros.
Llegaban hasta la cima del basuro con sus libros y formaban corro con pelaos que escarbaban residuos entre gallinazos y cosas podridas. Leían, recibían comentarios, charlaban.
Miles de niños y jóvenes han pasado, han aprendido que las bibliotecas son lugares seguros y que sí era posible dejar las balas y tener otros sueños de vida. Destaco la ayuda importantísima de Thomas Khelled y Lia Scarpetta, enamorados del proyecto. Ya varios barrios cuentan con sedes de BiblioGhetto como Petecuy, el Gaitán, Pízamos, Potrero Grande, Terrón Colorado, Alfonso Bonilla Aragón y El Vallado.
Muchos de ellos han pasado de la lectura a la escritura y Jóvenes Narrando el Territorio es la compilación de sus testimonios, sus vidas, su amor por el barrio, su sentido de pertenencia a pesar de la violencia, de haber vivido el asesinato de sus familiares, de sus padres y amigos.
Un libro sin adornos. Duro y tierno. Lleno de resiliencia y sueños de futuros amables. Deseos de que esa violencia de las pandillas y la droga termine, porque aman sus barrios, sus amistades, sus canchas de fútbol y creen firmemente que se puede vivir en paz.
No conozco personalmente a Gustavo ni a Zeidy, pero he comprado el libro para regalarlo, difundirlo... Lo he leído varias veces y siempre se me arruga el corazón al tiempo que me lleno de esperanza.
Este es el verdadero cambio, los libros sí cambian vidas y abren horizontes, y Jóvenes Narrando el Territorio es una catarsis mezclada de tristeza, tragedias, esperanzas y amor.
El alcalde Eder y su equipo tienen en BiblioGhetto la mejor oportunidad de llevar a todos los rincones deprimidos de la ciudad este proyecto que abre el camino para vivir en una ciudad más unida, integrada y en paz.