Varios columnistas expresamos la preocupación sobre la manera de gobierno del presidente Petro, por la exclusión sistemática de muchos actores nacionales a la hora de tomar decisiones de gran trascendencia. El presidente Petro anunció, luego de un encuentro con ‘cacaos’ del país, que se abrirían unas mesas de diálogo sobre temas cruciales para el futuro del país con distintos actores.
Este paso está en la dirección correcta, el punto es que sea verdaderamente auténtico. Ya en el pasado hemos tenido experiencias amargas tanto con Petro como con otros expresidentes, Duque y Samper, por ejemplo, que en su tiempo utilizaron este expediente más como una válvula de escape en momentos de alta presión y que terminaron en largas conversaciones, muchas actas, muchas ideas, pocas conclusiones relevantes y muchas menos realizaciones.
Sería bien interesante que el Presidente tuviera reuniones similares con los académicos del país, de las universidades oficiales y privadas, con los investigadores de centros de pensamiento, escuchar opiniones más reflexivas, con amplios contextos en sus áreas de conocimiento, puede ayudar a que no nos equivoquemos. Sería bueno preguntarles expresamente sobre la importancia de la colaboración pública privada para el buen cumplimiento de los fines del Estado. Que se haga una evaluación de los frutos que se han dado en el país desde la Constitución de 1991, para que el Gobierno expulse de una vez por todas tantos prejuicios y sesgos que anidan en su cabeza y corazón contra el sector Privado. Y sería muy productivo, pues hay muchos aspectos por mejorar, sería más provechoso que se focalizara la discusión en los puntos de mejora, que implica igualmente aceptar lo positivo y sus fortalezas.
¿Quién va a acompañar estas mesas? ¿Cuál será la metodología que se use para su integración, para las discusiones, para la síntesis de consensos y disensos? ¿Cuál sería su temporalidad? ¿Qué pasa mientras tanto con las reformas que se encuentran en el Congreso? Qué bueno que hubiera un acompañamiento de la comunidad internacional, como el Banco Interamericano, la Organización Mundial del Trabajo, o un par de embajadores de países amigos. En el fondo la pregunta es: ¿Las mesas van a en serio, sí o no?
Vimos en la foto con el Presidente a varios importantes empresarios del Valle. César Caicedo de Colombina, quien además tiene una excelente experiencia en política pública como miembro del Consejo Privado de Competitividad, y por qué tiene una sensibilidad social importante, con una mente global.
Harold Eder de Manuelita, con una de las carreras más serias en el mundo azucarero y con experiencia en varios sectores de la economía y siempre con una preocupación por la sanidad de la democracia nacional y local.
Pedro Felipe Carvajal, quien, desde la importante empresa familiar, han sabido, en medio de las tensiones sociales y dando un ejemplo personal de empatía fuera de serie, compaginar el doble proyecto: económico y social, característico de Carvajal desde las épocas en que Manuel Carvajal lo concibió. Faltaron varios… con Maurice Armitage que ha sido pionero de la sostenibilidad social. Pero seguramente muchos se unirán a este proceso. Mucha suerte, es necesario para el país.