En el marco de la COP16, la Alcaldía de Santiago de Cali entregó 300 módulos a varios vendedores ambulantes de los alrededores de la Plaza de Caicedo. Entre ellos se encontraba don Carlos La Espriella, un escribiente que ha ejercido su labor profesional en ese lugar por cerca de 40 años. En sus palabras de agradecimiento, pronunció una frase que me impactó profundamente: “Cali es capaz de todo”. Esa expresión es también una reflexión, hoy deseo que vuelva a resonar en los corazones y pensamientos de todos los que habitamos la Sucursal del Cielo.
Durante años, hemos perdido la capacidad de soñar en grande como ciudad. En muchas ocasiones, nos hemos limitado a compararnos con otras regiones, pero hemos permanecido inmóviles cuando se trata de imaginar y ejecutar grandes obras para nuestro territorio.
Debemos reconocer que se han realizado proyectos muy importantes para Cali, como algunas megaobras, el bulevar de Oriente, el Jarillón del río Cauca, Cristo Rey, entre otras; también debemos admitir que hasta ahora no han generado la suficiente apropiación colectiva que todos anhelábamos tuviesen estas obras en el entorno. Por ello es muy importante entender que los territorios son organismos vivos, que deben evolucionar y adaptarse constantemente a los cambios urbanísticos, educativos, tecnológicos, culturales, empresariales, ecológicos y sociales, entre otros. Sin embargo, hay un factor fundamental que debe impulsar estos procesos: el ánimo, el amor y la confianza de sus habitantes por la ciudad, que aunque se venía perdiendo en los últimos años, hoy observamos se recupera, con acciones que se constituyen en hitos para los caleños.
En ese contexto, el pasado 16 de octubre, el alcalde Alejandro Eder presentó ante el Concejo Municipal un proyecto de acuerdo que busca la aprobación de un empréstito de 3,5 billones de pesos. El objetivo es financiar obras estratégicas de gran envergadura en materia de infraestructura vial, megaobras, renovación urbana, oportunidades de integración social, sostenibilidad y equipamiento institucionales que impulsen a Cali hacia la modernidad, permitiéndole avanzar y recuperar el liderazgo. Así, es importante resaltar que estas nuevas obras no solo reactivaran la economía y los distintos sectores de la sociedad, sino que también nos invitan a soñar y a entusiasmarnos con una ciudad próspera, innovadora y reconciliada.
Sin embargo, para que estos proyectos se realicen e inspiren confianza y esperanza, es esencial que estén claramente definidos, que contemplen a todos los actores sociales y cuenten con un cronograma que se cumpla a cabalidad; en su logro es fundamental el concurso y compromiso del Concejo de Cali, en sus labores de aprobación y control. De este modo, no solo nos sentiremos parte de un mismo propósito colectivo, sino que se garantizará que los recursos de los caleños sean invertidos con total transparencia; este debería ser solo el comienzo de grandes obras que se ejecuten en los próximos periodos, especialmente con la mirada puesta en la celebración de los 500 años de Cali.
Es urgente avanzar y recuperar el tiempo perdido, adaptándonos a las nuevas realidades para posicionarnos no solo como líderes nacionales, sino también como competidores a nivel mundial. La imagen positiva de nuestra ciudad no se construye únicamente a partir de la percepción externa, sino también del relato que nosotros, como caleños apropiemos, teniendo presente que lo bueno que le pase a Cali nos pasa a nosotros, porque Cali es donde debes estar.