Si hablamos de clubes deportivos en Cali, debemos empezar por dar un reconocimiento a una funcionaria comprometida, proba y convencida de la importancia de su trabajo en el sector público, como lo es Gloria Suárez, quien, durante 29 de sus 33 años de servicio público, ha estado en la Secretaría del Deporte y la Recreación al frente de todo este apasionante e importante tema.
A semejanza del sistema europeo, el cual explicaba en mi columna anterior, el colombiano fundamenta su estructura piramidal en los clubes deportivos que constituyen su base, le siguen las ligas regionales por disciplina deportiva, y por último, están las federaciones que concluyen en el vértice de la pirámide en el Comité Olímpico Colombiano (en el Comité Paralímpico para el sistema Paralímpico).
La importancia de los clubes radica en que, como base del Sistema Nacional del Deporte, se deben ocupar de fomentar, reglamentar y patrocinar la práctica del deporte en todas sus manifestaciones, especialmente, en la iniciación y formación deportiva, la recreación y el aprovechamiento del tiempo libre. Es importante que las organizaciones deportivas sean reconocidas por la municipalidad (trámite que se adelanta en la Secretaría del Deporte) con el fin de que sus deportistas puedan disfrutar de beneficios como pertenecer a la Selección Cali, Valle y Colombia, y participar en los interclubes o torneos organizados por las Ligas Departamentales. Por otra parte, una vez el club deportivo cuente con el reconocimiento, puede solicitar espacios para la práctica del deporte, disfrutar de las asesorías y capacitaciones que brinde la municipalidad, especialmente, junto con la Gobernación y el Ministerio del Deporte, e igualmente podrá recibir recursos públicos y privados una vez tramite su Personería Jurídica.
En nuestra ciudad, son 79 las disciplinas deportivas y 480 los clubes con reconocimiento, y de estos son: 178 de fútbol, 39 de patinaje, 17 de baloncesto, 12 de voleibol, 11 de gimnasia, 9 de atletismo, 8 de baile deportivo, 7 de tiro deportivo, 7 de triatlón y las restantes son 69 disciplinas de a 1 o 2 clubes.
Entiendo que muchas de las 79 disciplinas son poco populares y sus dirigentes, normalmente padres de familia interesados en el deporte de sus hijos, o ‘gomosos’ amantes de una disciplina específica, sobreviven milagrosamente y con mucho esfuerzo; por otro lado, hay disciplinas que deberían contar con decenas y hasta centenas de clubes que den cuenta de un sistema con una base saludable.
A excepción del fútbol y del patinaje, me parece muy precaria la cantidad de clubes deportivos en una ciudad deportiva como Cali. ¿Será esta una expresión real de nuestra riqueza deportiva? ¿Cuántos colegios públicos y privados, universidades o empresas hay en la ciudad en los que deberían existir clubes? ¿Han visto los miles de corredores en los eventos atléticos, con grupos de amigos que tienen la misma camiseta, lo que obviamente constituye en sí mismo un club deportivo? ¿Existe un genuino interés en el sistema del deporte en enriquecer la base? ¿Será que el enriquecimiento de la base atenta contra la permanencia de algunos dirigentes al ser los clubes quienes votan por ellos? (En otra columna hablaremos de los ‘clubes de papel’).