“La relación Colombia - Estados Unidos es sólida, robusta y bipartidista. Nuestra cooperación y trabajo conjunto son fundamentales para el resto de la región(...) Como lo resaltó el presidente Biden en su reunión con el presidente Petro: Colombia es la piedra angular del hemisferio”.
Son las palabras del ministro encargado de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, además, embajador de Colombia ante la Casa Blanca. He sido un permanente observador de nuestras relaciones con Estados Unidos. Diría que desde mi vida como estudiante en la facultad de derecho de la Universidad Nacional. Y cuando he ocupado posiciones diplomáticas relevantes para Estados Unidos, Representante Permanente en Naciones Unidas, en Nueva York, o ante la OEA en Washington o en nuestra embajada ante la Casa Blanca, he tenido especial cuidado en establecer una relación de mutua confianza y aprecio. Es que siempre he creído que nuestra relación con Estados Unidos es fundamental por muchas razones, no solamente comerciales, financieras o de seguridad. Y es mucho lo que le debemos a los Estados Unidos como nación y como pueblo.
Son muchos los colombianos, millones, los que han encontrado buen vivir en los Estados Unidos, para ellos y para sus familias. Son muchos los que han logrado éxitos notorios en diversos campos, lo cual nos debe generar mucho orgullo. Y son muy valiosas las remesas que ellos envían a Colombia, las cuales pueden sobrepasar los 9000 millones de dólares por año, el resto vienen de Europa y otros países. Y tengo una deuda personal de gratitud con ese país. Por eso, cuando la cancillería celebró los 200 años de relaciones y me invitaron a participar en un coloquio sobre las mismas, hablé no tanto de la relación bilateral, sino de la relación de amistad que siempre ha existido, aún en momentos muy difíciles, como el caso de Panamá.
Cuando leí las palabras del Canciller encargado me sentí muy complacido, cuando se refirió a esa relaciones como robustas, sólidas y bipartidistas. Ello es lo que hay que preservar. Y he expresado en diversos ámbitos mi admiración por la manera en como se han venido desarrollando durante la administración Petro esas relaciones. Y aunque han existido desacuerdos en aspectos centrales como el manejo del tema de las drogas, o la ausencia de una condena a los ataques terroristas del grupo Hamás en Israel, el 7 de octubre del año pasado, pienso que el embajador Murillo ha hecho una tarea muy seria y consistente con las mejores tradiciones colombianas.
Otra cosa es que una nueva situación política mundial esté llevando a replanteamientos que no nos favorecen mucho. Se sabe que los temas de las drogas ilícitas, marihuana y cocaína, ya no son prioritarios en la lucha contra el narcotráfico y es bien evidente que México ocupa en estas materias un lugar primordial, en particular, por la producción de la nueva droga llamada fentanilo. Y por el eterno problema de las migraciones masivas, tanto de mexicanos, como de centroamericanos y ciudadanos de otros países por la vía mexicana.
El tema del petróleo ha sido clave para Maduro, y es el que le ha permitido ablandar la actitud de Estados Unidos frente a Venezuela, incluyendo el proceso electoral. La posición de Petro en el asunto petrolero ha debido tener consecuencias, pero no tengo información confiable al respecto.
Sí, creo que ya no estamos en el radar como siempre.