Hoy comienza el evento internacional jamás realizado en Cali; 12 mil delegados de más de 190 países visitarán nuestra ciudad durante 12 días para la Conferencia de las Partes COP16, de lejos el mayor flujo de visitantes en nuestra historia. La oportunidad es única para mostrar la belleza de nuestra urbe y su diversidad cultural, pero, sobre todo, la rica biodiversidad de nuestro valle geográfico en fauna y flora, enmarcado por la exuberancia de nuestras montañas y océanos.

Lograr que este evento ocurriera no ha sido fácil. Primero había que conseguir ser la sede, y en esto no escatimaron esfuerzos ni el alcalde de Cali, Alejandro Eder, ni la Gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro. Debo reconocerle al gobierno nacional por la decisión final que nos favoreció en medio de una intensa competencia con otras urbes. Pero lo segundo es que había que preparar y embellecer la ciudad: organizar su oferta hotelera, tener a punto el Centro de Eventos Valle del Pacífico que pasará su prueba máxima, y, lo más importante, garantizar la seguridad del evento ante diversas amenazas de grupos al margen de la ley.

Pero si algo tengo que resaltar es que el gobierno nacional, municipal y departamental no titubearon en montar, junto con el resto de actores de la región, seis espacios para la ciudadanía con agendas académicas relacionadas con el evento, además de actividades culturales que representan a nuestro país y a nuestra región. Estos espacios son vitrina de nuestra cultura y emprendimiento, de nuestra gastronomía, de nuestra música, y de nuestra diversidad étnica. La campaña ‘Cali es donde debes estar’, promovida por nuestro alcalde, es todo un lujo; sus 10 imperdibles de Cali, sus 8 rutas culturales, su guía gastronómica, sus 12 rutas de naturaleza, y su directorio turístico. Finalizar con las razones para volver a los próximos eventos de la ciudad, así como la oferta de experiencias turísticas del Pacífico y de Colombia, fue el cierre con broche de oro.

Ahora bien, no desconozco las implicaciones globales del evento, en donde se medirá el progreso de 23 metas de sostenibilidad ambiental acordadas hace dos años en la COP15 en Montreal. Sin embargo, esas importantes discusiones dependerán principalmente de los grandes actores económicos mundiales. Y Colombia podrá resaltar su compromiso de décadas con una agenda ambiental que incluye tener una matriz de generación energética limpia.

Es aquí donde percibo un peligro con la postura ambiental extremista del presidente Gustavo Petro. ¿Qué pasaría si buscara protagonismo y dejar consignado como compromiso de país la renuncia total a la exploración y explotación de combustibles fósiles, comprometiendo la viabilidad económica de Colombia y acabando de arruinar nuestro principal activo nación como es Ecopetrol? Todo esto sin necesidad alguna, dado que, aun con la industria petrolera y desarrollo minero, cumplimos ya con nuestras metas. Congreso y partidos políticos, y ciudadanía en general, ¡atentos!

Pero mi interés inmediato se concentra en Cali y el Valle, y en la oportunidad de mostrarnos ante los ojos del mundo, y enamorar y cautivar a quienes nos visitan, para posicionarnos como un destino turístico de primer orden. Esto nos permitirá, en una próxima etapa, completar las acciones requeridas para volver a ser el destino favorito de la inversión nacional y extranjera. La meta no solo debe ser ‘volver a mi Cali bella’, sino también ‘volver a mi Cali próspera y pujante’. Y la COP16 será el punto de partida de este gran impulso.