La foto multa, con el logo de la Alcaldía de Cali, llegó por correo certificado a la casa. Las fotos son nítidas, enfocadas, impecables. Se observa cada detalle del carro transitando en pico y placa, con sus respectivas calcomanías. Es curioso: Cali cuenta con tecnología de punta para controlar las infracciones de sus ciudadanos, lo que está muy bien, pero por otro lado tiene tecnología obsoleta para cuidarlos. Cuando atracan a un ciudadano, o lo matan, en las viejas cámaras de seguridad por lo regular no se ve nada, a diferencia de la definición perfecta de las cámaras de foto detección. En fin.

La foto multa llegó impecable a la casa y al siguiente día el responsable del comparendo se dirigió a la Secretaría de Movilidad ubicada en el barrio Salomia para hacer el respectivo curso y pagarlo. Se encontró con una sorpresa: le dijeron que la multa “no ha sido subida al sistema”, luego no podía pedir cita para hacer el curso, acceder al beneficio del 50 por ciento de descuento y hacer el pago del comparendo. Enseguida ingresó al Runt y efectivamente no aparecía ninguna sanción en su contra. Lo extraño, sin embargo, es que si la multa llegó impresa a su casa, ¿no es porque ya está en algún sistema de la Secretaría?

Un funcionario se le acercó y le ofreció una “solución rápida”: pasar “al frente”, pagar la mitad del comparendo, más un excedente de 50 mil pesos “por el trámite”, “y así queda paga la multa sin que se la suban al sistema, es un trámite rutinario y sale de eso hoy”. Aunque era una oferta tentadora, sobre todo por el tiempo que se pierde en estos trámites, el responsable del comparendo dijo no. Es deber de la Secretaría de Movilidad subir las multas a los respectivos sistemas para que el ciudadano pueda pagarlas. Decidió esperar unos días.

Durante toda la semana revisó a diario en el Runt si la multa ya estaba subida “en el sistema”. Cuando por fin apareció, se dirigió a pagar, de nuevo a la Secretaría de Movilidad en el barrio Salomia. Se encontró con otra sorpresa: le dijeron que como el comparendo se había subido tarde, ya había pasado el plazo para pedir la cita para el curso, luego debía pagar la multa completa. Alegó que la infracción no estaba en el sistema y mostró los pantallazos que lo demostraban.

Entonces le dijeron que “pagara” para poner su huella “de entrada y de salida” y quedara registrado como si hubiera hecho el curso. Exasperado, se fue hacia el lugar que le indicaron donde había una fila inmensa de ciudadanos que alegaban lo mismo: las multas no habían sido subidas a tiempo al sistema para hacer el curso vial, entonces les sugirieron pagar “para poner la huella”, lo que no parece muy legal. ¿No es acaso necesario hacer el curso para evitar repetir las infracciones? ¿Qué está pasando con el manejo de los comparendos en la ciudad?

Pese a que la Fiscalía adelantó una investigación que terminó en varias capturas por posible corrupción al interior de la Secretaría de Movilidad de Cali, al parecer el cáncer continúa intacto y hace metástasis. La Fiscalía determinó que al interior de la Secretaría “existe un entramado de corrupción conformado por funcionarios y particulares, que exonera del pago de comparendos a varios infractores de normas de tránsito”.

El ente investigador acusó a casi una decena de funcionarios, acusados de presuntamente “articularse y poner en marcha distintas maniobras para que no fueran cobradas 516 multas de tránsito a 336 ciudadanos, entre 2019 y 2022″.

Los funcionarios emitían revocatorias de las multas sin el sustento legal y a cambio recibieron más de 100 millones de pesos, mientras que en las finanzas de la Secretaría de Movilidad dejaron de ingresar miles de millones. De momento están en la cárcel, aunque hay algunos prófugos, pero los casos de posible corrupción siguen. Van más de 50 mil en 2024 bajo investigación.

En los postes de la energía alrededor de la Secretaría de Movilidad, por cierto, es común encontrarse con un cartel: SE BAJAN FOTOMULTAS, y un teléfono.

Es curioso que la corrupción está ahí, a la vista de todos, y quien la ejerce al parecer no siente ningún temor; como si no lo vigilarán.