Desde el año pasado y hasta ahora, Colombia ha tenido que afrontar un sinnúmero de adversidades económicas y sociales. Con la crisis generada por el Covid-19, los diferentes problemas que vivimos internamente se han vuelto más evidentes, visibilizando la poca inversión y atención que se les ha dado a personas que viven en condiciones de vulnerabilidad en ciertas regiones del país.
De acuerdo con ONU Mujeres, en 2020 la crisis generada por la pandemia significó una contracción del PIB regional de 9,4%. Para ese mismo año, según el Dane, en el caso de la economía colombiana se registró la mayor recesión en la historia del país, con una contracción del 6,8% en el PIB. En medio de esta coyuntura, el país alcanzó una tasa de desempleo de 16,1%, una de las más altas en la región, por lo que muchas personas han visto en el emprendimiento una salida para subsistir, con una característica común: este tipo de negocios nacen por necesidad y en muchos casos, son puestos en marcha con muy poca planeación.
Asimismo, la mayoría de personas que emprenden por necesidad son mujeres, quienes a su vez han sido las más afectadas por la pandemia.
Según el Dane, la pandemia ha causado un retroceso nacional de al menos una década en la lucha contra la pobreza, incrementando el índice de pobreza monetaria al 42,5%.
Un hecho a destacar es que la mujer en el Valle del Cauca participaba de manera significativa en el mercado laboral de sectores altamente afectados por la crisis, como lo son restaurantes, confecciones y servicios como peluquería. Lo anterior concuerda con el informe Negocios tradicionales y de subsistencia: aproximaciones a una realidad local’, realizado por la Cámara de Comercio de Cali y la Fundación WWB Colombia con 1803 negocios, que identificó que las mujeres lideran el 33% de los emprendimientos de subsistencia, mientras que los hombres lideran el 19%.
Lo paradójico es que, a pesar de que la mayoría de personas emprendedoras son mujeres, la brecha de género continúa siendo un factor relevante en el ecosistema empresarial del Valle del Cauca. Es importante destacar que persiste la brecha de ingresos entre los negocios liderados por mujeres y hombres, ya que los emprendimientos de mujeres tienen ganancias 2,6 veces inferiores a las de los hombres, según el informe mencionado. Asimismo, las mujeres emprendedoras por el solo hecho de ser mujeres, siguen enfrentándose a diversas barreras que no les permiten o les dificultan, por ejemplo, acceder a apalancamiento financiero formal para sus negocios, además de verse limitadas por la falta de conocimientos digitales.
Para reactivar la economía en el Valle del Cauca, es importante incluir en el diagnóstico la identificación de las necesidades propias de las mujeres emprendedoras en situación de vulnerabilidad. El desarrollo de programas e iniciativas con enfoque de género, que trabajen para cerrar las brechas de desigualdad para las mujeres y promuevan su participación activa en el desarrollo económico es una tarea que no da espera y que le corresponde tanto al sector público como al privado.
Aunar esfuerzos a nivel departamental en este sentido es fundamental para contribuir a la reactivación económica, con las mujeres como protagonistas de este proceso, trabajando hombro a hombro con los hombres y construyendo una mejor sociedad.
* Presidenta Fundación
WWB Colombia