En mayo de este año, el gobierno de China reveló que el desempleo juvenil (entre 16-24 años) estaba en niveles históricos, llegando al 20,8%. Esto como consecuencia, entre otras cosas, del decrecimiento de trabajos en industrias de alto valor agregado, como en el sector tecnológico, para los cuales los estudiantes se han preparado. Según Nancy Qian, en un artículo para Project Syndicate, la razón para la que este tipo de trabajos estén siendo cada vez más escasos son, no sólo debido a la pandemia, sino también a políticas estrictas de control de capitales y de antimonopolio y en general el ataque deliberado por parte del gobierno a la industria de la tecnología.

Este desempleo juvenil se suma a los problemas de crecimiento económico, tanto presente cómo a futuro, que el gigante asiático enfrenta. Quizás el más importante, y crítico, es el problema demográfico. Según expertos, para que un país reemplace su población, y su crecimiento económico no se vea afectado por una población vieja, se necesita una tasa de natalidad superior al 2,1. Sin embargo, dada la política del gobierno chino de un hijo, se estima que la tasa de este país oscile por el 0,8. Esto haría, entre otras cosas, que para el 2050 alrededor de 200 millones de personas salgan del mercado laboral, sin que exista un número suficiente de personas para reemplazarlas.

Además, el país asiático no ha podido integrar a las mujeres al mercado laboral, de una manera efectiva. Aun cuando las mujeres superan los resultados académicos de los hombres, estas tienen mayores dificultades para encontrar trabajo. Esto también está relacionado a la política de un solo hijo en China, donde se les dio preferencia a los hombres. Por lo tanto, según datos de Nancy Qian, hoy en día hay 116 hombres por cada 100 mujeres entre las edades de 15-19. Sumado a esto, según datos de CNBC, en el 2023 cerca de 7,7 millones de personas aplicaron para entrar a trabajar en el gobierno del país, donde sólo había 200.000 cupos. En otras palabras, para cada oportunidad laboral existen entre 11-40 aplicantes, lo cual ha hecho que los ciudadanos pongan en duda si vale la pena los altos costos de la educación en ese país para obtener un trabajo bien remunerado.

A esto hay que también sumarle que China pudo experimentar un ascenso económico superlativo durante las últimas décadas, en parte porque tenía un ambiente geopolítico favorable, algo que ha cambiado desde el 2017. Las tensiones con Estados Unidos, al igual que su accionar en el mar del sur de China, han hecho que vecinos, y otras potencias, como la Unión Europea, busquen contener el accionar de este país, en especial en industrias de alto valor agregado, como semiconductores, fundamentales para las industrias del futuro.

Por consiguiente, el futuro geopolítico, y económico de China no es alentador, en especial para los jóvenes. Esto entonces podría derivar en tensiones entre la población y el Partido Comunista Chino, llevando a un Estado aún más autocrático e inseguro para la región de Asia Pacífico.