La juventud de los estratos más favorecidos está expuesta a experiencias, ejemplos, e influencias que la lleva a un facilismo que amenaza con inutilizarla, generar vacíos muy grandes en su formación y en su sistema de valores.

Es una generación que se encuentra en una gran encrucijada: “Muy de buenas” porque le redujeron las dificultades y por ende las frustraciones. “Muy de malas” porque le robaron la oportunidad de poner en práctica su voluntad, su imaginación y de resolver los problemas por su propia iniciativa. No hay nada en la vida que forme más que solucionar los propios problemas y superar las frustraciones por cuenta propia. Dos claros responsables de este dilema son la crianza facilista y los avances tecnológicos arrolladores de los últimos tiempos que han permitido a los jóvenes resolver cualquier problema sin tener que luchar.

Los padres y madres que evitan las confrontaciones con su prole para no dañar una “linda” relación, y que son incapaces de poner límites, pues creen que dándoles a sus hijos todo sin siquiera considerar si lo merecen o si han hecho los esfuerzos mínimos necesarios, no están haciendo a sus hijos más felices. Esta actitud parental es más una necesidad inconsciente de gratificación personal que probablemente guarda más relación con una compensación de lo que ellos no tuvieron cuando estaban pequeños.

Tal actitud es un error, pues lo que están trasmitiendo a sus hijos es un mensaje equivocado sobre el funcionamiento de la vida de los adultos. Con lo cual han logrado convertirlos en seres demandantes, caprichosos, y atenidos que esperan que el mundo les otorgue, sin merecerlas, las mismas prebendas que siempre recibieron de sus padres. Situación que en la vida real no suele ocurrir, como sugiere el autor (a quien no he logrado identificar) del comentario con el cual se inicia este escrito sobre la razón por la cual su nieto terminó siendo un adulto infeliz, dependiente, y fracasado en todos los aspectos de la vida.

El uso ilimitado de celulares y pantallas es una de las razones por las cuales los jóvenes desde muy temprana edad cada vez encuentran menos interesante hacerse acompañar de un libro o hablar frente a frente con otro ser humano. Como si lo anterior fuera poco, la avalancha de la inteligencia artificial para solucionar problemas, va camino de arruinar lo poco que quedaba de su capacidad de investigación y su curiosidad. Hoy en día para los jóvenes escribir ensayos de su propia iniciativa es cosa del pasado pues Chatgpt se encarga de todo. Leer, aburridísimo. Escribir, calcular, trabajar, conversar y esforzarse, totalmente innecesario.

El sistema educativo tendrá que salir al quite de esta situación tan alarmante. Pero en el entretanto, lo que está a nuestro alcance es asegurar que nuestros hijos y nietos desaprendan la tendencia al facilismo, pues de otra manera no se le va a permitir a los jóvenes estrenar su capacidad de lucha.