Y es Juan Fernando Cristo. Después de llamar ‘fascistas’ a sus críticos, este gobierno ahora les propone un ‘Diálogo Nacional’. Difícil que le crean porque al tiempo quieren llevar a la cárcel al expresidente Uribe, a María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y José Obdulio Gaviria acusándolos de ‘pánico y hostilidad’ al poder petrista. Punto.
Para mil penalistas estudiosos, el juicio al expresidente Uribe es un ‘juicio político y sesgado’. Para colmos, hay exmagistrados intrigando esa condena. Cito al columnista Felipe Zuleta Lleras en El Espectador: “Desde el alto gobierno decidieron traer al locuaz Mancuso para joder al expresidente Uribe”. Y al ‘comandante’ Mancuso, lo llaman ahora ‘patriota insigne’ e ‘ilustre prócer’. Punto.
En la peluquería señorera, una lúcida abogada opinó: “Estoy indignada por el atropello al expresidente Uribe, bruscamente lo condenarán”. No sean cegatones: Petro hace rato está en campaña presidencial y tiene cuatro candidatos: el canciller Murillo, don Iván Cepeda, María José Pizarro y el jurista Eduardo Montealegre. Punto.
Un nueve 9 de octubre como hoy fusilaron en Bolivia al aventurero argentino Ernesto Che Guevara. Triste que miles de jóvenes ultraizquierdistas mataran Policías y soldados humildes en Bolivia y Colombia por instrucciones del Che Guevara. Punto.
Buenas, buenas, llegué donde quería, a Dora Glottman y su erótica y política novela: ‘La mujer del Canciller’. Conozco a Dora Glottman trabajando en el periodismo gringo, en el Nuevo Herald, en Soho, en la emisora W, en Caracol TV y en Semana. Dora, mi amiga entrañable desde joven cuando era pilísima mesera en el restaurante del Museo de Arte Moderno, Moma, en Nueva York.
‘La mujer del Canciller’, una novela con apasionante menú: apellidos bogotanos estrato siete, más adulterios, racismo, clasismo, sexo, señoras distinguidas ‘high’ y maniobras de políticos en el poder. Bárbara Medina, una mujer que descubre la felicidad, el sexo y los orgasmos con un amante joven y ambicioso político. Una excitante novela, ‘La mujer del Canciller’, bien escrita e investigada por Dora Glottman.
Muy honorífico ser canciller, lo fueron Rodrigo Lloreda Caicedo, el cachaquísimo Diego Uribe Vargas, también Carlos Lemos y Alfonso López Michelsen y a ninguno le inventaron amante, todos fueron modelos de maridos.
Hoy, gobierna Petro y su canciller fue Álvaro Leyva y luego Gilberto Murillo, bilingüe, ecologista, prudentísimo. Será gran figura en Cali en el mundialista COP 16 y le deseo suerte y 157 éxitos. Buenas, buenas, Cali quedará divinamente durante el COP y se lo merecen.