“Creamos una presidencia imperial; lástima que sea electiva”, sentenció don Miguel Antonio Caro cuando el Consejo de Delegatarios aprobó la Constitución de 1886, redactada en su integridad por el gramático bogotano, hijo ilustre de don José Eusebio Caro, fundador con don Mariano Ospina Rodríguez del Partido Conservador, honra y prez de la República, en 1849.
Nada más cierto que lo dicho por Caro. En 1886 y en 1991 se expidieron dos Cartas en las que se otorgaron amplios poderes al Presidente, al que invistieron como jefe de Estado y de Gobierno, y suprema autoridad administrativa, además de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Una presidencia imperial, una monarquía no hereditaria, aunque con frecuencia ‘los delfines’ alcanzan el solio de Bolívar.
Por eso me parece que los censores de Petro no aciertan cuando sostienen que al Presidente le asestaron duro golpe en los recientes comicios, porque sus aliados no triunfaron en todo el país.
No son así las cosas. De las ciudades importantes, Petro solo tenía un adepto en Medellín, Daniel Quintero, cuyo candidato a la alcaldía fue derrotado. Pero decir que en Bogotá, Barranquilla y Cali Petro salió “quemado” no responde a la realidad porque en esas tres urbes los alcaldes no son de la cuerda de Petro. Claudia López y Jorge Iván Ospina, pertenecen a Alianza Verde; y Alex Char, es de Cambio Radical. Los Verdes son independientes y Char es de Vargas Lleras, duro opositor, lo que quiere decir que nada perdió Petro en esos municipios.
Quienes detestan al Presidente proclaman con el deseo: se jodió Petro, porque muchos alcaldes y gobernadores no son de su corriente. Sin embargo, he escuchado con atención las declaraciones de los que la gente juzga adversarios del Presidente, y ninguno afirma que le hará oposición. Son conscientes de que eso sería funesto para ellos porque el inquilino de la Casa de Nariño tiene elementos de convicción para hacerles caer en la cuenta del error que cometerían al mostrarle los dientes, porque pueden quedar muecos en el primer asalto.
Los departamentos y en particular los municipios no pueden distanciarse del presidente porque en alta medida su gestión depende del apoyo del Ejecutivo central. No veo al bravucón Federico Gutiérrez o al sumariado gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón casándole pelea a Petro con quien requieren tener interlocución. Si se declaran en abierta oposición al jefe de Estado, este puede ‘cortarles los servicios’, como Lisístrata a su marido en el drama de Aristófanes.
Así, pues, que no hay razón para tanto entusiasmo, porque Petro no era candidato, ni las elecciones fueron plebiscito.
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El triunfo de Alejando Eder es un mensaje contundente que enviamos los electores, que ya no resistíamos el desgobierno empotrado en el CAM.
Eder será alcalde ejemplar porque ha dedicado su meritoria existencia al estudio de los problemas locales y a las soluciones correspondientes. Sin amarras con la política clientelista y con sus altas valencias intelectuales, Eder es garantía de que el 1 de enero de 2024, Cali tendrá un timonel que dirija el burgo por la senda del desarrollo social y la seguridad ciudadana.
Quiero rendir mi reconocimiento a Diana Rojas, quien imprimió a la campaña triunfadora el entusiasmo y la emoción propios de su liderazgo. Será excelente coequipera del alcalde.