Es indispensable profundizar en la confesión de Juan Fernando Petro de que el Pacto de la Picota es una realidad.
En abril del 2022, él y Danilo Rueda visitaron a parapolíticos y corruptos en La Picota. “El hermano del candidato habría hablado de una reforma a la Justicia, que incluiría rebajas de penas para los corruptos” y sobre el “perdón social”, que ofrecía Gustavo Petro. Piedad Córdoba, por su parte, planteaba a los extraditables que, de quedar Petro presidente, no serían extraditados.
Lo que ofrecieron no fue fruto de su inventiva. Coincide con los planteamientos de Petro en campaña. Condicionó la extradición, ofreció “perdón social” a los delincuentes y ‘una JEP para el narcotráfico’ con ‘beneficios jurídicos’. Después de que se supiera de las visitas a las cárceles, invitó a “los paracos [as] que vengan aquí porque tendrán una segunda oportunidad”.
También, las acciones del gobierno han ido en la dirección de lo que se acordó en las cárceles. Nombró a Rueda como Comisionado de paz, de manera que garantiza que la política de paz esté en la vía de lo conversado en las cárceles y que se cumpla lo pactado. Las decisiones y propuestas del gobierno han ido sin excepción en esa dirección. Abrió negociaciones con grupos mafiosos, solicitó la suspensión de órdenes de captura y la libertad de un par de decenas de narcos, incluso algunos extraditables, y les ha ofrecido que se queden con parte de sus fortunas.
En enero de este año, la Fiscalía abrió noticia criminal de oficio contra Juan Fernando Petro por solicitar y recibir dinero de criminales a cambio de beneficios ofrecidos por el gobierno.
La estrategia combinada de ofertas de Petro y de conversaciones en las cárceles funcionó: los jefes del Eln y las Farc declararon su apoyo a Petro y hay pruebas de que mafiosos puros como Siopas, heredero, de Otoniel, dieron la orden de votar por él en sus áreas de influencia. Al menos un mafioso entregó dinero al primogénito presidencial para la campaña. Y en los municipios de más narcocultivos y con mayor presencia de grupos armados ilegales, Petro ganó en primera y segunda vuelta.
Ahora, Juan Fernando Petro confiesa que el triunfo de su hermano se debió al apoyo recibido desde las cárceles a cambio de no extraditar a los bandidos, incluirlos entre los beneficiarios de los programas de paz del gobierno, y permitirles quedarse con parte de la fortuna. Exactamente, lo que su hermano ha propuesto estando ya en el gobierno. Aunque algunas iniciativas no haya podido sacarlas adelante, por oposición del Fiscal y o porque el Congreso no las ha apoyado, Petro les ha cumplido. La discusión de cuántos votos aportaron desde las cárceles es anodina. Los hechos y la confesión muestran que el Pacto fue una realidad. Una elección ilegítima y un gobierno que favorece a los criminales que lo apoyaron para ser electo.