¿Por qué crece el empleo cuando cae la producción? Ese es uno de los enigmas sin resolver del comportamiento reciente de la economía colombiana. Según el Dane en el trimestre julio-septiembre la caída anual del PIB fue de -0,3% mientras que las personas ocupadas aumentaron 948.000, que es un 4,3% con respecto al mismo trimestre del año anterior. También la tasa de desempleo bajó de 10,8% a 9,4%.
Durante muchos años en Colombia se venía dando un proceso de crecimiento sin empleo que fue mucho más intenso en la recuperación después de la pandemia. En el 2021, el PIB no solo se había recuperado de la gran recesión del año anterior, sino que era 3% más grande que el de 2019. Por el contrario, el número de personas ocupadas era un 5% menor, es decir, que la economía había crecido 3% con un millón de trabajadores menos. ‘Jobless growth’, se dice en la jerga de los economistas.
El proceso se ha revertido, y ahora lo que tenemos es un caso de creación de empleo sin crecimiento de la economía. Es muy notorio en los casos de la Industria manufacturera y de la Construcción, sectores que, según la cuentas nacionales, cayeron -3,2% y -8% respectivamente, pero que registraron aumentos de nómina de 4% y 4.8%, Ahora habría que decir ‘Growthless job’.
Lo mismo sucede, aunque con menores diferencias en los sectores de comercio, alojamiento y alimentación, transporte y almacenamiento, información y comunicaciones. Por el contrario, el crecimiento sin empleo continúa en los sectores de electricidad, gas y agua, actividades financieras.
Las cifras de las encuestas del Dane de los sectores de industria y comercio permiten ver el proceso en una perspectiva de más largo plazo, aunque las cifras difieren un poco de las de las cuentas nacionales. En lo corrido del siglo hasta el 2022, la producción industrial había crecido 82%, pero el número de trabajadores había disminuido (sí, ¡disminuido!) un 10%. En el último año, la tendencia cambió y la producción cayó 6,9% mientras que el empleo se mantuvo constante.
En el Comercio solo se cuenta con la serie empalmada desde el 2013, pero la historia es similar: desde ese año hasta el 2022 las ventas del sector crecieron 47%, mientras que el empleo solo lo hizo un 23%. Y en el último año las ventas se desplomaron 7,4%, pero el empleo aumentó 3,7%.
Es fácil explicar el crecimiento sin empleo: las empresas han aprendido a producir más y el comercio a vender más con menos trabajadores, porque están utilizando nuevas tecnologías y procesos más simplificados que permiten un uso más eficiente del tiempo y otros recursos. Es un aumento de la productividad del trabajo que no siempre se refleja en aumentos salariales de la misma proporción.
No hay explicación clara para el proceso contrario, de crecimiento del empleo, junto con una caída de la producción o de las ventas. La facilista sería decir que hay inconsistencias en las cifras del Dane, o que es la salida de venezolanos, pero esta última podría explicar una menor tasa de desempleo, pero no un aumento del número de personas ocupadas.
Otras hipótesis para estudiar pueden ser que algunos empresarios quieran retener sus trabajadores esperando una pronta recuperación de las ventas, o que haya un aumento del trabajo informal y en pymes, mientras que disminuye en las grandes empresas. Por ahora el enigma continúa.