Lo que nos faltaba. Ahora un ‘científico’ descubrió que los adultos mayores, tercera, cuarta, quinta edad, viejos, ancianos, como se quiera llamarlos, empezamos a oler feo.
El científico en cuestión, quien trabaja en la Universidad de Pennsylvania, afirma que “a raíz de la interacción entre las glándulas endocrinas, sebáceas y apocrinas, responsables de segregar sudor, cebo y ácidos, generamos olores volátiles” (no sé cómo interpretar esto último, creo que los bebés son más volátiles, pero en fin).
Además de que la eutanasia pasiva sí existe, como escribí en una columna anterior, y que los mayores de edad vamos sobrando en este planeta, ese sí cada día más volátil, y no existimos para muchos que ya están poseídos y endemoniados con la Inteligencia Artificial que los acabará robotizando del todo, ahora olemos feo.
Desde los 65 años de edad pertenecemos a la generación de los fétidos. Hay que decírselo al Rey Carlos III y a Camilla, para ponerles los pies en la tierra después de tanto oropel.
Lo más curioso del científico es que para no parecer tan cruel, también dice que “hay jóvenes de 20 o 30″ que huelen peor.
A mí, a título personal, a pesar de mis volatilidades, lo que me huele a feo, por no decir podrido, es la situación política actual de mi país, que ya no sabe ni de dónde viene ni para dónde va, cada día más desorientada, más corrupta, más insegura, con la brújula despedazada en alguna galaxia a las que acostumbra subirse el ‘Mesías’ en sus discursos quijotescos si no estuvieran tan cargados de resentimiento, rabia y ‘anger displacement’, como se dice en inglés cuando, por ejemplo, nos han despedido del trabajo y al llegar a la casa pateamos al gato.
En Colombia no solo están pateando al gato sino a todos los ciudadanos, los pobres, los ricos, los drogos, los sobrios, los honestos, los corruptos, los campesinos y los ciudadanos. Ni siquiera me refiero a los empresarios que ya no saben qué hacer.
Y aumenta la polarización, estallará la bomba de la rabia, aupada por el Gobierno, interesado en estas confrontaciones porque sin duda le conviene, o eso es lo que cree.
Ya cualquier comentario sobre la conducta y frases de la Vicepresidenta no son bienvenidos porque ‘ipso-facto’ se tildan de ‘racistas’, y no se la puede contradecir, ‘ni con el pétalo de una rosa’.
A propósito, felicitaciones a la gobernadora Clara Luz Roldán, que sin temor la puso en su sitio cuando se refirió a “la Primera Línea”.
Todavía respeto a la Vicepresidente, pero veo que frecuentemente ‘está meando fuera del tiesto’. Y no acepta ninguna crítica porque acude a su ‘racismo’ como defensa.
Triste, porque Francia Márquez tiene muchísimos valores, es una mujer inteligente y preparada y puede desempeñar mejor su rol. Es un rol extraño. Pero es un rol.
O sea, abanico de olores. Yo no sé a qué huelo, pero me gusta mi olor, y al que no le guste que no se me acerque, puede que les empiece a oler peor.
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Posdata: Recuerdo esa rima de un poema oloroso: “Suspiro es un viento quedo, que sale con disimulo, más si sale por el c..., no es suspiro sino p...”.